Puerto Rico renace tras una era de saqueo oficial

A tres días de que el gobernador Ricardo Rosselló oficialmente anunciara su renuncia, las calles de San Juan se sienten en relativa calma: residentes y turistas caminan por la ciudad, empleados municipales trabajan en brigadas de limpieza y comerciantes locales han regresado a reabrir sus negocios.

Indudablemente estos últimos vieron sus ventas afectadas tras las manifestaciones de las pasadas semanas, si bien ésto no ha amilanado su deseo de continuar participando en esta lucha social que vio su primera victoria con la dimisión de Rosselló. Al contrario, ha encendido una chispa que promete no apagarse.

Miglia Arroyo, una de las propietarias de Caldera Café, ubicado en el corazón del Viejo San Juan, dijo sentirse «orgullosa y feliz» por como se llevaron a cabo las protestas. Si bien admite que el impacto por las pérdidas económicas ha sido notable, también dijo que los sucesos de los pasados días son un recordatorio a los puertorriqueños. «Esta lucha es por nosotros, por los viejos, y por los niños de este país».

Arroyo, quien donó agua y alimentos durante las protestas, reconoció la labor de manifestantes que tras las protestas se dedicaron a recoger basura y ayudar a pintar los negocios. «Fue un momento simbiótico entre diferentes generaciones, comerciantes y grupos subculturales del Viejo San Juan», concluyó.

Asimismo, Arroyo exhorta a los ciudadanos a visitar el Viejo San Juan y consumir en negocios locales para mejorar la economía tras estos intensos días de protesta. Este gesto se une a los llamamientos de otros ciudadanos, que ya han comenzado a lanzar invitaciones por las redes sociales con la misma intención.

Nitayno González, propietario de una tienda de arte y joyería, ve en la lucha una unión del pueblo contra aquellos que lo han estado destruyendo durante años. «Estamos luchando por los derechos y el bienestar del país... olvídate de mi negocio. Es parte del sacrificio. Prefiero que bajen las ventas a que el gobierno me robe».

Alivio en las calles

González hizo énfasis en que, aunque ve que todo está regresando a la normalidad y la gente respira aliviada, también han enviado un mensaje claro que no se puede pasar por alto. «Estamos preparándonos para sacar a Wanda (Vázquez)», añadió, refiriéndose a quien tomaría posesión como gobernadora interina, de acuerdo a la Constitución de Puerto Rico. Y es que, aunque su nombre suena ahora más que nunca, el descontento con Vázquez ha venido cociéndose desde hace tiempo.

Tras juramentar su cargo en enero de 2017, el recién dimisionario gobernador Ricardo Rosselló nombró a Wanda Vázquez como secretaria de Justicia. Previo a ocupar esa silla, Vázquez era una abogada especializada en casos de violencia sexual y doméstica, y hasta llegó a dirigir la Oficina de la Procuradora de las Mujeres en 2010.

Vázquez enfrenta ahora serias acusaciones que la involucran en varios casos de corrupción (uno de ellos desapareciendo 11 millones de dólares de la Junta de Farmacia), el encubrimiento de un caso de fraude dentro de la industria del cannabis medicinal y el espaldarazo que dio en el ya famoso «caso de los vagones» del proyecto Unidos por Puerto Rico.

Este proyecto fue creado para asisitir y distribuir ayudas a los daminificados tras el paso del huracán «María» por Puerto Rico en 2017. No obstante, mientras miles de familias en la isla padecían hambre y sed, múltiples vagones con suministros desaparecieron sin explicación alguna.

Posteriormente se dio a conocer que el contenido de dichos vagones fue a beneficiar a funcionarios políticos, y que la propia Vázquez, en su papel como titular de Justicia, se negó a realizar la investigación pertinente en un intento de salvaguardar la imagen de Beatriz Rosselló, primera dama y figura principal de Unidos por Puerto Rico. Se estima que 4.645 personas fallecieron tras el paso del huracán «María» por la isla.

La Colectiva Feminista, una organización de defensa de los derechos de las mujeres en Puerto Rico y que ha tenido un papel clave en la renuncia del gobernador Ricardo Rosselló, también observa de cerca a Vázquez, recordando su historial en la Oficina de la Procuradora de la Mujer y la ausencia de algo tan básico como su falta de reconocimiento al problema de la violencia contra las mujeres que arropa la isla.

«Ella no abordó los problemas de violencia de género y fue otra pieza de la burocracia gubernamental», expresó Saadi Rosado, de la Colectiva, a «The New York Times» esta semana. La directora de la Oficina de Ética Gubernamental (OEG), Zulma Rosario, ya ha informado que se comenzó una investigación tras los alarmantes señalamientos contra Vázquez.

A preguntas de este medio sobre próximos pasos y qué pasaría si se concluyera que Vázquez, en efecto, ha incurrido en delitos, Jennifer Rodríguez, portavoz de la OEG, enfatizó el compromiso para combatir la corrupción en la isla. «Definitivamente, la persona tiene que pagar las consecuencias por haber faltado a la ley, pero, sobre todo, a la confianza del pueblo», concluyó.

El pueblo puertorriqueño ha demostrado durante estas dos últimas semanas ante el mundo que no solo está alerta, sino que no tiene miedo, y que está dispuesto a continuar la batalla contra la corrupción.