Sánchez busca consolidar su mayoría a costa de Rivera
El PSOE se juega mucho más que La Moncloa en estas elecciones. Los socialistas no solo aspiran a revalidar el poder, sino a hacerlo con una mayoría «solvente y suficiente» que les dote de la autonomía que no han tenido en estos diez meses de Gobierno. «No vale con ganar, hay que ganar bien», reconocía el jueves Susana Díaz, consciente de que una victoria exigua como la suya el pasado 2 de diciembre resultó estéril frente a la pujanza de las «tres derechas». Hasta ahora, el mensaje principal de Pedro Sánchez ha ido dirigido a alertar sobre el «riesgo real» de que PP, Ciudadanos y Vox sumen y lleguen a Moncloa. Una invitación a «concentrar» el voto en torno al PSOE, como la única formación política capaz de hacerles frente.
Este llamamiento al «voto útil» se va a complementar en adelante con la interpelación directa al voto de los indecisos. «Es en la idea que más vamos a incidir de aquí al final de la campaña», reconocen desde el gabinete del presidente. Según el último sondeo del CIS, el volumen de españoles que aún no han decidido su voto se cifra en el 40% del electorado. Un sustancioso nicho sobre el que el PSOE piensa centrar sus esfuerzos. Sánchez se dirigió abiertamente a este sector en la apertura de campaña con mensajes a «quienes todavía no han decidido si ir a votar o si lo han decidido, aún no saben por quién hacerlo» para que acaben optando por la papeleta socialista. El objetivo: «Que 11 años después España vuelva a teñirse de rojo».
En el Gobierno son conscientes de que quien despeje la X de los indecisos decantará la balanza de su lado y temen que esto pueda perjudicar sus intereses. Partiendo de la base de que la situación electoral es «muy volátil», en los datos que maneja Moncloa «tres son los partidos que crecen: PP, PSOE y Vox», y teniendo en cuenta el «voto oculto» que le atribuyen a la formación de Santiago Abascal, les preocupa que los populares tengan «bastante margen de mejora», mientras que el de los socialistas –aunque también lo tengan– sea menor. No obstante, en el gabinete electoral de Sánchez se felicitan de que la corriente se transmisión de votos de Ciudadanos al PSOE se haya reactivado, tras unos días de parón. «Romper esa barrera» es importante para Ferraz porque sus posibilidades de expansión se producen a cosa del partido de Albert Rivera y de la abstención. En concreto el volumen de voto naranja se cuantifica en «un tercio» y Sánchez seguirá incidiendo en la «derechización» de Ciudadanos para consolidarlo.
Por contra, en el PSOE asumen que ya no pueden «rascar más voto» de Unidas Podemos, una realidad que ha quedado de manifiesto en las estrategias que están llevando a cabo ambas formaciones: Ferraz ignorando a Iglesias en sus ataques y el líder morado centrado en «amarrar» los votantes de «pura cepa» podemita. La imagen de líder solvente, con halo presidencial y de hombre de Estado le está reportando pingües beneficios a Sánchez en un caladero inesperado: el PP. Los socialistas han cuantificado que captan una ligera corriente de voto popular que se corresponde con el de los mayores de 65 años. En este frente, al PSOE le interesa mantener un discurso sin estridencias, en la moderación y sin entrar en cuestiones espinosas como el debate territorial en Cataluña.