Assange, el héroe convertido en villano
La imagen pública de Julian Assange como héroe de la transparencia y adalid del derecho a la libertad de información fue poco a poco mutando en otra menos mucho amable con el paso de los años. ¿Cómo ha ido cambiando la visión que en Occidente se tiene del personaje que puso en jaque a la diplomacia estadounidense?
El golpe más duro llegaría en 2012, cuando fue denunciado por dos mujeres que decían haber sido forzadas sexualmente por Assange después de haber mantenido relaciones. Aquellas denuncias, que finalmente no prosperaron, provocaron que el hacker huyera de la justicia de Suecia, lo que motivó su reclusión en la embajada ecuatoriana de Londres, donde hoy ha sido detenido después de que el presidente de Ecuador le retirara la protección.
Pero lo que terminó de hundir buena parte del prestigio que le quedaba al informático australiano fue su presunta participación en una campaña de desprestigio contra la entonces candidata Hillary Clinton en las elecciones de 2016 en favor de Donald Trump. ¿Cómo? Wikileaks reveló las maniobras del Partido Demócrata para torpedear la campaña de Berni Sanders, tildado de socialista en EEUU y rival de Hillary en las primarias del partido. La plataforma de Assange filtró documentos del Comité Nacional del Partido Demócrata.
El australiano ha sido acusado de estar al servicio de Vladimir Putin y de haber puesto su organización Wikileaks al servicio de Trump. En su defensa, WikiLeaks argumentó que ha publicado más de 800.000 documentos relacionados con Rusia o Putin “y la mayoría son críticos". En la investigación de Robert Mueller sobre el Rusiagate aparece citado varias veces.
¿Por qué Assange es considerado por muchos aún como un héroe? En 2010 publicó un vídeo en el que aparecía un helicóptero estadounidense disparando contra civiles en Afganistán. Después se difundieron miles de documentos oficiales confidenciales, desde mensajes militares a cables de embajadas, muchos de ellos sobre la guerra de EEUU en Irak.
Según muchos analista, esa labor de difusión de secretos de dejó claro primero, los crímenes de guerra cometidos por Estados Unidos y, segundo, la existencia de una red de espionaje a gran escala desde las agencias de inteligencia de Estados Unidos, algo que sería después confirmado por las filtraciones de Edward Snowden, ex empleado de la NSA, cuando quedó al descubierto que EE UU había pinchado los teléfonos de Angel Merkel, Dilma Rousseff.
En su contra, Assange tiene las acusaciones de haber puesto en peligro la vida de agentes de inteligencia a través de los documentos secretos filtrados. La agencia AFP aseguró que algunos viejos amigos y colaboradores lo describieron como egocéntrico, obsesivo y paranoico.
Para las autoridades de Estados Unidos, tanto bajo la administración de Barack Obama como ahora con Trump, detener a Assange ha sido una prioridad. Joe Biden, el que fuera vicepresidente de Obama, califó a Wikileaks de organización ciberterrorista. Y Hillary Clinton llegó a plantear en 2010, después de las primeras revelaciones de secretos oficiales sobre EE UU, la posibilidad de acabar con Assange. “¿No podríamos matarlo con un dron”, fueron sus palabras.