El taxi da la espalada al reglamento de Garrido
Los taxistas de Madrid salieron ayer a la calle para protestar contra la «uberización de los servicios públicos» en una manifestación que comenzó a las 18:00 en Atocha y que culminó a las 21:00 en Cibeles. La marcha terminó con la lectura de un manifiesto «en contra de la uberización de los servicios públicos y contra la privatización, la precariedad, la marginación y la pobreza» y con los vítores y aplausos de los participantes. A la manifestación se sumaron más de una treintena de colectivos que afirmaron sentirse «desfavorecidos y discriminados» por la Comunidad de Madrid. La comitiva recorrió el Paseo del Prado al tiempo que coreaban «los que gobiernan son unos lacayos de VTC», «la lucha está en la calle, no en el parlamento» y «no se vende el transporte público».
La marcha, que se llevó a cabo sin incidentes, estuvo supervisada en todo momento por los agentes de la Policía Nacional. Sergio Vega, presidente de Élite Madrid se mostró más que contento con la participación, declarando que «actos como éste nos unen más y sirven para concienciar a la población». Dijo que, a pesar de no haber conseguido el objetivo que buscaban con la pasada huelga, esto no les ha desaminado, «nos sentimos muy respaldados y apoyados. Ahora lo que buscamos es visibilidad».
Argumentaron que las decisiones que se están tomando desde el Gobierno regional no son las correctas, «al final todo se resume en que los políticos están haciendo mal su trabajo y esto se traduce en un descontento general. De ahí que tantos colectivos sociales se hayan sumado a la manifestación». «No le pedimos nada a nadie, simplemente queremos visibilizar nuestro problema y el de tantos otros como los policías, bomberos de Madrid y afectados de las hipotecas, que han acudido a esta marcha», afirmaó el presidente y portavoz de Élite Madrid.
A pesar de la negativa de la Comunidad de Madrid a transigir con las reivindicaciones de los taxistas contra las VTC, decidieron, tras dieciséis días de paros, suspender la huelga indefinida, debido a la insostenibilidad económica de la situación. Eso sí, como declaran varios taxistas asistentes a la manifestación «nunca nos hemos sentido tan unidos, algo bueno nos llevamos de esto».