Se buscan turistas más gastones
El turismo continúa siendo el motor más fiable de la economía española. El pasado año pensábamos que habíamos tocado techo al rozar los 82 millones de visitantes, y la creciente competencia de destinos más baratos como Marruecos o Túnez hacía presagiar que sería complicado superar esa cifra. Sin embargo, en 2018 hemos marcado un nuevo récord, pues el número de turistas ha aumentado un 0,9% hasta los 82,6 millones. Y todavía queda margen de mejora porque España tiene tareas pendientes. La principal es atraer visitantes con mayor poder adquisitivo.
El gasto medio por turista el año pasado fue de 1.076,09 euros, un 2% más que en 2017. Un dato insuficiente, creen los expertos, porque España cuenta con potencial para que sus visitantes dejen más dinero dentro de sus fronteras. Para lograrlo, se debe marcar en rojo atraer a más turistas chinos, porque son los que más gastan en sus viajes, el problema es que precisamente todos los destinos están «peleándose» por ellos. Les siguen, por este orden, los estadounidenses, los alemanes, los británicos, los rusos, los franceses, los canadienses, los australianos, los italianos y los japoneses.
Se entiende que España no tiene que hacer esfuerzos para captar turistas de la Unión Europea, al estar todos los países en un espacio de libre movilidad de personas. A eso se unen las facilidades que otorga la moneda única y el reducido coste de los vuelos por cercanía. No ocurre lo mismo con los visitantes no europeos. Afrontan un mayor desembolso en el transporte y numerosas trabas burocráticas. Por eso, a los calificados turistas de largo radio (por el extenso trayecto que realizan) hay que seducirlos para que nos elijan entre el amplio abanico de destinos.
Y las cifras demuestran que España podría hacerlo mejor. De los 9 millones de turistas chinos que vienen cada año a Europa, sólo 600.000 (6,66%) escogen nuestro país, y realizan un gasto de 2.600 euros por persona frente a los 641 euros de un francés. Los estadounidenses son los que han presentado una mejor evolución, pasando de casi 2 millones en 2013 a superar los 3 millones en 2018. Por su parte, el segmento ruso en España alcanzó su cúspide en 2013 con más de 1,5 millones de visistantes, y tras reducirse un 36% en dos años (sobre todo a causa de la depreciación del rublo) ha vuelto a recuperarse hasta los 1,1 millones, aún lejos de los niveles anteriores.
Además, los coreanos también están entre los turistas más codiciados por su poder adquisitivo, y en nuestro país, en cinco años, han aumentado desde los 110.000 hasta los 441.000 en 2017, según el último dato resgistrado, pequeño si se tiene en cuenta que salen más de 27 millones cada año.
La razón fundamental de que no lleguen más visitantes de estas nacionalidades es la falta de promoción en sus países de residencia. Por otro lado, hay carencias de conexiones aéreas, sobre todo con los territorios orientales. Allí, igualmente, es donde más notan las trabas burocráticas para lograr un visado que le permita entrar en España.