Fotografías contra el olvido
Cada tarde Noa lee a Allie su diario personal. Toda una vida. La historia de un chico de pueblo y una chica de ciudad que un verano se enamoran. Es el relato de su vida, que Allie no recuerda porque tiene alzheimer. Pero Noa no se rinde y cada día vuelve a la residencia para ver a Allie, su esposa, para leerle su diario. Porque mientras lee, sucede algo mágico: Allie tiene recuerdos y le reconoce. Entonces, bailan y tararean su canción. Es el argumento de la película «El diario de Noa», que hace años protagonizaron Ryan Gosling y Rachel Mc Adams. Aunque pueda parecer obra del guión que Allie reconozca a su esposo cuando él le lee su diario personal y le muestra fotografías, tiene base científica. Las últimas áreas que se borran en un cerebro carcomido por el alzheimer son las encargadas de la memoria musical y las que permiten sentir emociones.
«El amor y la música es una de las últimas cosas que quedan en los enfermos de alzheimer», cuenta Mercè Boada, directora médica de la fundación ACE, Barcelona Alzheimer Treatment & Research Center, que con Fujifilm España ha organizado una exposición con 7.000 fotografías de personas anónimas que comparten momentos de felicidad a través de la plataforma digital Inspire Printing. En Barcelona, la exposición «Barcelona Printlife», que también es una radiografía espontánea de la sociedad actual, se pudo ver hasta esta semana en Disseny Hub.
Boada explica que las fotografías son fundamentales en el tratamiento del alzheimer. «Estamos convencidos del poder de la fotografía como elemento clave para la estimulación cognitiva y emocional de las personas que sufren esta enfermedad», dice.
La idea de Fujifilm de hacer exposiciones con fotografías de ciudadanos anónimos nació hace una década en Japón. «Queríamos demostrar la alegría que nos aportan las fotografías de nuestra vida», explica el director de Fujifilm Europa el Sr. Yamamoto. Y también queríamos reivindicar que «expresiones como la felicidad, la tristeza y el resto de emociones deben guardarse para la posteridad en fotografías que podamos ver». He ahí la importancia de imprimir imágenes, un hábito relegado que Fujifim reivindica como clave para hacer más perdurable los recuerdos. «Recuperar la memoria con una fotografía es calidad de vida porque volver a recordar es volver a vivir», añade la doctora Boada.
Con este proyecto, Fujifilm quiere recaudar fondos para la investigación del alzheimer. El gigante japonés se ha reinventado y además de dedicarse a la fotografía, desarrolla fármacos. Está a punto de arrancar un ensayo clínico para testar una terapia contra el alzheimer.