El Govern plantea un aumento de Sucesiones pero deja insatisfechos a los «comunes»
Posiciones más que alejadas entre el Govern y los «comunes» para la aprobación de los presupuestos de la Generalitat. La última propuesta que ha hecho el conseller de Economía, Pere Aragonès, para atraer el apoyo del partido de Colau no ha conseguido acercar ni un ápice las posturas y el ejecutivo catalán deberá redoblar los esfuerzos durante las próximas semanas. El documento, que Aragonès entregó a mediados de diciembre y ayer fue avanzado por «NacióDigital», apostaba por aumentar el impuesto de Sucesiones para recaudar entre 15 y 40 millones de euros más, una cifra muy lejana de los 600 millones más a los que aspiran a recaudar los «comunes». En este sentido, la formación morada se mostró insatisfecha con las medidas fiscales que contempla el Govern.
El meollo de la negociación –a la espera de una segunda reunión entre ambas partes–, en estos momentos, se sitúa en materia fiscal para intentar engrosar los ingresos públicos y «revertir recortes». El Govern, que ha diseñado unos presupuestos que aumentan el gasto en 1.600 millones de euros con respecto a los últimos aprobados –los de 2017–, reivindica el alto grado de inversión social que supondrá, mientras el partido de Colau presiona para que se aumente el gasto todavía más –las propuestas que entregaron en un documento en diciembre apostaban por una serie de medidas que suponían un coste de 1.400 millones de euros–.
Por ahora, parece que el Govern se ha mostrado más abierto a activar una negociación sobre el impuesto de Sucesiones, aunque aboga por reducir las bonificaciones y no eliminarlas, como pretenden los «comunes». En este sentido, según las estimaciones, si se suprimieran las bonificaciones, el próximo año se podría recaudar 979 millones de euros de los 359 previstos, es decir, 620 millones de euros más. Economía, en el documento remitido, sostiene que si acceden a la propuesta del partido de Colau y suprimen estas bonificaciones, provocaría un «grave problema de regresividad», ya que las herencias más bajas son las más bonificadas.
En lo que el gobierno catalán sigue sin acceder a negociar es en el IRPF, donde sigue defendiendo que un aumento en este impuesto no tendría efectos inmediatos. Donde Aragonès sí plantea reformas, aunque limitadas, es en fiscalidad medioambiental como fijar una viñeta en las vías de altas prestaciones.