Solo unas «migajas» del segundo premio llegan a la Comunitat

El sorteo extraordinario de la Lotería de El Niño dio ayer la espalda a la Comunitat Valenciana, ya que solo unas «migajas» del segundo premio, el 61.776, se vendieron en administraciones y oficinas de Xirivella y Manises, en la provincia de Valencia, y Benidorm y Benijófar, en la de Alicante, con unos premios que, en cualquier caso, no superan los 375.000 euros.

En la población de Benijófar, en la comarca alicantina de la Vega Baja, un estanco situado en la calle Ramón y Cajal vendió por segundo año consecutivo un décimo por máquina del segundo premio, lo que supone 75.000 euros para la persona afortunada, de la que se desconoce su identidad, según explicó la propietaria del establecimiento, Inmaculada Giménez Ortega.

Tal día como ayer de hace un año este mismo estanco ya repartió diez décimos (una serie completa) del segundo premio del Niño (el 18.442) a una familia de etnia gitana que vive en este municipio del sur de la provincia de Alicante, y que se embolsó un total de 750.000 euros.

Al igual que ocurrió hace justo doce meses, Giménez Ortega estaba en misa coincidiendo con el sorteo cuando, de repente, el teléfono móvil comenzó a sonar y a recibir mensajes por Whatsapp. «He tenido que salir de misa para atender las llamadas de gente que me avisaba que había repartido una parte del segundo del Niño», relató aún sorprendida.

Pese a que desconoce quien es el afortunado, cree que puede ser alguien de la misma familia de etnia gitana que resultó agraciada hace un año. Esa familia está «tocada» por la fortuna, ya que el premio de 750.000 euros del Niño de 2018 se produjo después de que se embolsaran 60.000 euros de uno de los quintos del sorteo de Navidad de 2017.

En Xirivella, la administración de loterías número 3, sita en el número 91 del Camí Nou y conocida como «El 7 de oros», vendió un décimo del número 61.776, por lo que su poseedor recibirá un premio de 75.000 euros.

El gerente de la administración, Agustín Donate, explicó que no está seguro si vendió uno o tres décimos, pero que en todo caso se tramitó a través de la máquina, ya que seguramente el comprador buscaba ese número concreto o la terminación, y no figuraba entre los números consignados en el despacho.

En Benidorm también se vendió un décimo del segundo premio por máquina. Al igual que en la localidad de Manises.