Herrera y Tudanca se felicitan del buen hacer de Junta y Gobierno por el futuro de Vestas
Por una vez, y sin que sirva de precedente, el presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, y el líder del PSOE, Luis Tudanca, se ponían ayer de acuerdo en las Cortes regionales.
Lo hacían durante su cara a cara en la sesión de control a la Junta, cuando ambos destacaban el buen hacer tanto del Gobierno de España como de la Junta de Castilla y León a la hora de solucionar el conflicto laboral de la planta de Vestas en la localidad leonesa de Villadangos del Páramo, así como para dar un futuro a las cerca de cuatrocientas familias afectadas y mantener los miles de puestos de trabajo indirectos que estaban en el aire.
Un acuerdo por el que el grupo industrial Network Steel se hará cargo de la fábrica a partir del primer día del próximo año, donde invertirá entre 70 y 110 millones de euros para crear alrededor de 350 puestos de trabajo, y convertirá a Villadangos en polo industrial del sector metalúrgico del noroeste de España.
«Estamos de enhorabuena, porque no todos los días se puede ver una actuación conjunta entre las administraciones, la sociedad y los trabajadores como la que se ha producido en Vestas», aseguraba al inicio de su intervención el socialista Tudanca.
«Nunca en mi Gobierno hemos eludido nuestras responsabilidades, y desde el primer momento nos pusimos al frente de la negociación, contestaba Juan Vicente Herrera, a la vez que ponía en valor la dedicación, el compromiso y el «notable» esfuerzo de la ministra de Industria, Reyes Maroto, en la búsqueda de una solución satisfactoria.
Pero pese a estas buenas palabras e intenciones, poco después, durante un debate sobre política industrial, la consejera de Economía y Hacienda, Pilar del Olmo, dejaba entrever no todo fue oro lo que relucía en las relaciones entre la Junta y el Gobierno durante las negociaciones.
Del Olmo aseguraba que no fueron invitados al acto del Ministerio de Industria para la firma del acuerdo con el nuevo inversor de la planta de Vestas, Network Steel y rechazaba que haya intentado maniobrar por detrás con llamadas a telefónicas a los líderes sindicales nacionales para que no firmaran el acuerdo, como denunciaba antes el procurador socialista Pedro González. «Me da igual quien se cuelgue la medalla», espetaba la consejera, molesta con las insinuaciones.