«Lo único que he visto hacer a 'Kichi' es un bailecito en La Caleta»
No es que el sol emita luz de oro, pero en Cádiz lo parece y tal vez sea eso lo que haga que la política, como otros asuntos, se aborde con una mezcla de crítica y guasa. Capital de una provincia singular, la ciudad contempló una noche electoral de 2015 como el ayuntamiento mudaba de color para convertirse en su opuesto con la aparición en la escena política de José María González, «Kichi», el actual alcalde de Podemos que acabó con dos décadas de gobiernos populares aupados por mayorías absolutas.
Con 118.048 habitantes, 177 más de los que había en 1960 tras años de desbandadas de residentes, y 13.774 demandantes de empleo no ocupados el pasado octubre, según el Observatorio Argos de la Junta de Andalucía, Cádiz parece haberse quedado petrificada entre letras de Carnaval y lazos familiares indestructibles.
En la provincia gaditana se disputarán 15 escaños el próximo 2 de diciembre, fecha de las elecciones autonómicas, y se ha convertido para muchos en uno de los bastiones fuertes de Podemos en la comunidad. La vinculación con el partido morado es evidente: «Kichi» es uno de los alcaldes nacionales del cambio, como Manuela Carmena en Madrid y Ada Colau en Barcelona; y su pareja, Teresa Rodríguez, nacida en Rota, es la candidata a la Presidencia del Gobierno regional de Adelante Andalucía, marca de la confluencia con IU y otras formaciones herederas del PA, que aspira a ganar en general y, en concreto en este territorio, a arañar un diputado más con ayuda de la Ley D’Hont.