Silvia Clemente logra que se hable de despoblación en las cuentas europeas
La presidenta de las Cortes de Castilla y León, Silvia Clemente, logra que se tenga en cuenta en la negociación de los presupuestos europeos el problema de la despoblación.
Clemente, que se reunió con el vicepresidente del Parlamento Europeo, Ramón Valcárcel, le entregó un documento con las enmiendas de las regiones de la Europa de la Unión sobre el asunto demográfico que afecta a cada vez más territorios.
Las correcciones están destinadas a ayudas a las poblaciones que tengan una densidad de población inferior a 12,5 habitantes por kilómetro cuadrado o que hayan sufrido una disminución anual de la población superior al uno por ciento desde 2007.
Se pretende así aumentar la inversión empresarial e impulsar la inclusión social y digital de mujeres, jóvenes y adultos en ese área. Estos criterios, según Clemente, se cumplen en las provincias castellanas y leonesas y permitirá contar con zonas prioritarias en la recepción de fondos europeos para inversiones que creen empleo.
Otra medida consiste en incluir la despoblación y el envejecimiento en los criterios de repartos de dinero destinado a Cohesión para mejorar las infraestructuras de transporte y telecomunicaciones en el campo.
«Por primera vez se podría fijar de forma expresa la despoblación en el reparto de fondos, en el caso de que finalmente sean aprobadas nuestras propuestas», señaló al término del encuentro.
«Creo que son medidas que tienen que parecerle bien a todos porque abordan un problema que está previsto y presente en todas las conversaciones», insistió la presidenta del Parlamento autonómico.
Por su parte, Valcárcel precisó que las propuestas deberán ser votadas por la mayoría de los grupos en la Eurocámara para ser tenidas en cuenta.
Asimismo, el europarlamentario aseguró que la cuestión de la despoblación «preocupa a Europa» y admitió que «la sensibilización» sobre la cuestión «no existía hasta hace poco».
«Por fin nos damos cuenta que este es un problema que afecta a grandes áreas de la Europa de la Unión y que, además, tiene consecuencias que de no tenerse en cuenta ahora podrían ser irreversibles, como la creación de grandes desiertos en lo que a población se refiere, con importantes superficies de terreno sin un núcleo de población con los servicios necesarios».