Manuel Escribano: «Cuando llegué al hospital todavía tenía restos de arena en la herida»

El torero Manuel Escribano, cogido ayer de gravedad en Belmonte (Cuenca) por el primer toro de la tarde, ha mandado un mensaje de tranquilidad a los aficionados, a los que ha asegurado, tras su grave cornada en el perineo, que "pronto volvemos a la batalla".

Escribano ha publicado esta tarde un escueto mensaje en las redes sociales, en el que ha agradecido el apoyo de las últimas horas y asegura que lee "todos y cada uno de vuestros mensajes. Gracias".

Ha agradecido a los doctores González Masegosa y Cuesta, su trabajo, ya que "una vez trasladado a Albacete, le intervinieron de urgencias durante dos horas", tras lo que ha pasado una buena noche y ahora su estado es estable.

Sin embargo, el diestro lamenta que el médico que le atendió en la UVI móvil en la propia plaza consideró que sufría una cornada superficial y sin gravedad, y se comprobó el verdadero alcance de la herida ya en la clínica albaceteña de Santa Cristina.

El diestro sevillano asegura, incluso, que la herida no le fue limpiada en la plaza, hasta tal punto que aún presentaba restos de arena del coso.

Manuel Escribano sufrió la citada cornada en el perineo, de la que sangró abundantemente, cuando el toro lo arrolló propinándole una cornada que hizo que sufriese también un golpe en la cabeza.