José Miguel Ortega rescata desde los sentidos la vida cotidiana de Valladolid
El reconocido periodista vallisoletano José Miguel Ortega rescata las vivencias de su infancia y adolescencia en su ciudad, a través de la obra «Valladolid desde los sentidos», de la editorial Xerión.
Se trata de un recorrido por la vida cotidiana por la capital del Pisuerga, en los años cincuenta y sesenta, así como un «hermoso ejercicio de memoria a través de los olores, colores, sabores y sonidos de aquel Valladolid lejano y envuelto en la bruma de la nostalgia», asegura su autor, en declaraciones a LA RAZÓN.
Al respecto, destaca que «quería hacer algo diferente, con textos muy cuidados, una obra que quede en el recuerdo, con fotos muy bellas, algunas de ellas inéditas».
Además, José Miguel Ortega señala que es un libro «que llevaba muchos años rondando, por lo que me ha costado muy poco hacerlo», ya que la idea surgió en verano y la obra se publicó hace poco más de dos meses. Asimismo, indica que con esta orginal propuesta pretende acompañar al lector en «un atractivo paseo por los lugares que formaron parte de su vida y de la de varias generaciones de vallisoletanos.
El prestigioso periodista sobre los colores señala que se fijó en el parque de todos, el emblemático Campo Grande, que según la época del año iba cambiando de color. También le vienen recuerdos de «los abuelos llevando a los nietos a dar de comer a los patos y los peces, o los chavales quedando para dar sus paseos».
En cuanto a los olores recuerda los bares, las típicas tabernas y casas de comida casera que le llevan a esa Plaza Mayor con olor a gambas, hasta que llegará la mítica «Sepia». Además, explica que antes cada comercio olía de diferente manera, algo que se ha perdiendo con la llegada de las franquicias.
En cuanto a los sonidos, José Miguel Ortega no olvida los viejos trenes a vapor, los bulliciosos mercados o los paseos por las riberas del Pisuerga o las ferias de Las Moreras.
Asimismo, «Valladolid desde los sentidos» cuenta con un capítulo en el que narra las cuatro estaciones del año, «las míticas nieblas que aperecían en noviembre y se iban en febrero, no como las de ahora; los fríos de invierno; las flores de la primavera; el calor del verano; o el hermoso cromatismo del otoño». Por ello, el autor cree que se trata de un libro «muy agradable de leer» y que «está teniendo una gran aceptación», entre esos vallisoletanoss que vivieron esa época, pero también «entre las nuevas generaciones que quieran saber como fue su ciudad durante esos años».
Como periodista de raza e inquieto que es, José Miguel Ortega acaba de publicar una obra, pero ya tiene entre manos, a punto de concluir otra. Una sobre los 200 años de historia de El Real de la Feria, que en pocas semanas verá la luz y cosechará un gran éxito como «Valladolid desde los sentidos».