¿Se pueden destruir las obras de arte de los detenidos de Guantánamo?
Podía haber sido una exposición más en Nueva York, capital internacional de la cultura en el Centro John Jay College de Justicia Criminal de la Universidad de Nueva York. En cambio, los “artistas” son detenidos del ya de por sí controvertido campo de detenidos en la base naval de Estados Unidos en Guantánamo (Cuba), donde quedan todavía 41 personas. Además el Pentágono, enfurecido por la exhibición, ha cancelado el traslado de obras de arte de los presos fuera de la base, y amenaza con incinerar las piezas cuando los detenidos abandonen Gitmo (nombre con el los militares de Estados Unidos se refieren a Guantánamo, ya que les resulta más fácil pronunciar el código con el que se desgina el aeropuerto). A esto, se añade la protesta de las familias de las víctimas del 11 de septiembre en contra de la exposición y la de los artistas y críticos de arte neoyorquinos, a los que disgusta la censura del gobierno. Por si todo esto fuera poco, y para más contradicciones, las piezas elegidas para la muestra son de calidad. Retratan paisajes, tempestades, barcos, faros, playas o la Estatua de la Libertad en acualeras, pinturas, dibujos o maquetas. Entre los “artistas” más destacados, dos: el que se cree fue guardaespaldas de Osama bin Laden y el confirmado correo de este terrorista saudí, que además es sobrino del conspirador del 11 de septiembre de 2001 Khalid Sheikh Muhammad, también detenido en la base. Pero, al estar en el Campo 7, de máxima seguridad, no se le permite participar en las clases de arte de las que han salido estas creaciones artísticas.