Israel redobla bombardeos a Gaza frente a llamados de cese del fuego

Acosado por llamados internos  y del mundo a poner fin a los bombardeos en Gaza, el gobierno israelí incrementa los bombardeos en desesperado afán de admitir su fracaso.

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, sabe que un alto al fuego en Gaza marcará el fin de su carrera política. A pesar de su sangrienta masacre de civiles en la Franja, que el jueves se elevó a 23 357 muertos y 59 410 heridos, no ha conseguido ninguno de sus objetivos. La Resistencia Palestina sigue enfrentando al ejército israelí, mantiene en su poder a los militares y colonos tomados como rehenes y exige la liberación de todos los prisioneros secuestrados y torturados en las cárceles del estado sionista. En tanto, una rebelión generalizada se dibuja en el resto de los territorios ocupados ilegalmente de Cisjordania y Jerusalén Oriental, donde a diario también el ejército israelí comete asesinatos de indefensos moradores sujetos al régimen colonizador del apartheid sionista.

Un comunicado del portavoz militar de la Resistencia reportó la destrucción de 42 vehículos militares israelíes, parcial o totalmente, y la muerte de 22 soldados en la última semana. Casi al mismo tiempo, el Jefe de Estado Mayor israelí, Herzi Halevy, reconoció la difícil situación que enfrentan sus fuerzas en la Franja de Gaza. Los combates –dijo- «se desarrollan en una zona compleja, subterránea y aérea, y hay un enemigo que se viene preparando desde hace mucho tiempo de manera organizada».

Por su parte, Netanyahu comenzó a modificar su discurso al decir que Israel no tiene intención de ocupar Gaza permanentemente, a contrapelo de su declarada intención de desalojar la mayor parte del territorio de la Gaza lejos de la frontera con Israel y empujar a cientos de miles de residentes a buscar refugio en el vecino Egipto. Este giro lo enfrenta a los aliados ultraortodoxos extremistas religiosos judíos de su gabinete de una limpieza étnica total, y puede desbancarlo de una vez.

Síntoma de crisis: una sesión de gabinete para aprobar el presupuesto de 2024 fue pospuesta tras las objeciones de varios ministros. Además, la mayoría del electorado demanda  su salida del gobierno y la convocatoria de elecciones. A casi 100 días de guerra, los cohetes de Hamás no han podido ser acallados y varios de miles de colonos recibieron orden de evacuar los poblados próximos a la frontera. El reclamo constante de los familiares de los rehenes en poder de Hamas cobra mayor fuerza cada día. Es evidente que su tiempo se acaba.

A ello se suman las presiones del gobierno de Estados Unidos, que aunque mantiene su cómplice apoyo total y sigue suministrando armas y municiones, comienza a resentir el efecto del rechazo mundial a su obstinado bloqueo a un alto al fuego y el inicio de negociaciones con la Resistencia Palestina, con la que gústele o no será necesario dialogar.  Según medios de prensa israelíes, que citan fuentes oficiales, todas las propuestas presentadas con respecto a los detenidos israelíes conducen en última instancia al fin de la guerra en la Franja de Gaza.

Por último, contra todo pronóstico israelí, el objetivo central de la operación Diluvio de Al Aqsa sigue en pie. Y en un giro inesperado, el presidente Joseph Biden  sugiere que para que «no haya otro 7 de octubre» el desenlace de esta guerra deberá ser la apertura de negociaciones para el establecimiento de un estado palestino independiente, tal como reclama de manera mayoritaria la comunidad internacional. Por supuesto, promesas semejantes ya se escucharon varias veces en el pasado para luego ser olvidadas.

De momento, la Declaración de la recién concluida Cumbre de Aqaba (con la participación del Rey de Jordania y los presidentes egipcio y palestino) proclama: «Hacemos hincapié en confrontar los planes para desplazar a los palestinos. Advertimos contra el establecimiento de zonas seguras en Gaza y destacamos la necesidad de permitir que la gente regrese a sus hogares». Un puntillazo de alerta a cualquier intento de echar a los palestinos fuera del  territorio marcado para su Estado independiente.