Mentiras, manipulaciones y toxicidad: las pasiones del crimen de la Guardia Urbana de Barcelona
El fiscal muestra en el juicio el triángulo amoroso entre policías que acabó con el asesinato de uno de ellos
Rosa Peral, acusada de matar a su expareja, Pedro Rodríguez, con su amante, Albert López, los tres guardias urbanos, centra toda la atención en el juicio que se celebra desde el lunes en la Audiencia de Barcelona. Si bebe agua, se oye el disparador de los fotógrafos. Si se mueve, si se toca la larga melena negra, si toma notas… todos los ojos se clavan en ella. Quizá por eso, Peral se mantiene hierática la mayor parte del tiempo, sin mirar ni una sola vez a López, sentada tan lejos como puede de él en el banquillo de los acusados. Es casi imposible intuir qué siente cuando en la sala de vistas se destripa su vida. Solo lloró al recordar los planes que tenía con Pedro.