2025: el año en que los autoritarios mostraron el cobre
Freud nos advirtió que la mente humana está atravesada por dos fuerzas fundamentales: Eros, la pulsión de vida que nos empuja a crear, vincularnos y construir civilización, y Tánatos, su opuesto sombrío, que nos arrastra hacia la destrucción, la agresión y el caos. Durante años, ingenuamente creímos que la política moderna había logrado domesticar a Tánatos. 2025 demostró que no. Fue el año en que los autoritarios mostraron el cobre.
Los algoritmos hicieron lo suyo, premiando la confrontación, el escándalo y el encierro en desaforadas cámaras de eco.
En distintas latitudes, la política fue capturada por emisarios de Tánatos: líderes que no gobiernan para construir futuro, sino para saldar cuentas con el pasado; que no convocan a un sueño compartido, sino al placer de ver caer al otro.
Aquí 10 grandes problemas –y algunas excepciones luminosas– que marcaron al mundo en 2025.
1. La demolición como programa de gobierno
Trump, Bukele, Putin, Netanyahu, Ortega, Maduro, Milei. Contextos distintos, misma lógica: prometen orden mientras desmantelan instituciones; prometen grandeza mientras fracturan sociedades. En México, esta pulsión destructiva alcanzó al Poder Judicial, sometido a un borrón y cuenta nueva a golpe de tómbola y acordeones, sustituyendo carrera, experiencia y autonomía por lealtad y azar. No se reformó para mejorar la justicia; se arrasó para someterla.
2. La crueldad convertida en espectáculo
Jaulas para migrantes, megacárceles exhibidas como trofeos, redadas televisadas. La crueldad dejó de ocultarse: se volvió propaganda y fuente de legitimidad. El dolor ajeno pasó a ser parte del mensaje político. Niños muriendo de hambre en Gaza, trabajadores migratorios perseguidos en todo un país, cuando lo único que quieren es trabajar para darle una mejor vida a su familia.
3. Guerra sin freno moral
Putin siguió convirtiendo la invasión a Ucrania en un aquelarre. Netanyahu ligó el horror del 7 de octubre con un castigo colectivo en Gaza. En ambos casos, la guerra perdió límites éticos y el sufrimiento civil se volvió daño colateral aceptable.
4. Necropolítica en acción
Como advirtió Achille Mbembe, el poder contemporáneo se define cada vez más por decidir quién puede vivir y quién puede ser dejado morir. En 2025, migrantes, empobrecidos y disidentes fueron tratados como vidas prescindibles. Conflictos terribles que no vemos, como lo que pasa en Sudán, o que el poder intenta “normalizar”, como lo que sucede en México con el interminable conteo de muertos y desaparecidos.
5. Democracias erosionadas desde dentro
El decálogo de Stacey Abrams para visualizar los avances de las autocracias dejó de ser una advertencia teórica. Manipulación del voto, ataques a la prensa, culto al líder y judicialización de la política se normalizaron tanto en Estados Unidos como en México.
6. Elecciones sin equidad, democracia sin alma
El gerrymandering en Texas y la amenaza de eliminar la representación proporcional en México, en la anunciada y temida reforma electoral, comparten una lógica inquietante: conservar elecciones, pero vaciarlas de justicia. Cuando los políticos eligen a sus votantes y no al revés, la democracia se convierte en vil simulación.
7. Autoritarismo emocional
Estos liderazgos no se sostienen por eficiencia, sino por resentimiento. Necesitan enemigos, traidores, amenazas internas. Su combustible no es el proyecto, sino el odio. Tánatos gobierna desde la emoción. Detecta las heridas emocionales y medra con ellas.
8. El silencio de Eros en muchas fuerzas democráticas
Si los demagogos destructores avanzan, no es sólo por su fuerza, sino por la debilidad de la alternativa. Muchas democracias dejaron de ofrecer futuro, bienestar y sentido compartido. Eros se quedó mudo. Las alternativas tienen que ser opción, no sólo oposición. El futuro debe dejarse de ver como algo siniestro, sino como una página en blanco para construir lo nuevo.
9. Destellos de Eros: cuando la política vuelve a construir
Hubo excepciones luminosas. El Premio Nobel otorgado a María Corina Machado fue un reconocimiento internacional no sólo a una figura, sino a la resistencia democrática venezolana frente al autoritarismo. En Chile, José Antonio Kast reconoció que la democracia necesita oposición, mientras Jeannette Jara habló de exigencia, pero también de propuesta. Civilidad, reconocimiento del otro y disputa sin aniquilación.
A ello se suma el triunfo de Zohran Mamdani en Nueva York: liderazgo auténtico, propuestas concretas, justicia ligada a calidad de vida. No prometió venganza, sino reparación; no demolición, sino ciudad vivible.
10. El desafío central: volver a enamorar
2025 dejó claro que Tánatos no construye hospitales, escuelas ni futuro. Sólo arrasa. El verdadero reto no es sólo resistir al autoritarismo, sino reconectar con Eros. Como planteó Humberto Maturana en Amor y juego, las sociedades no se sostienen por la fuerza ni por la competencia, sino por el reconocimiento del otro como legítimo compañero en la convivencia. Sin ese reconocimiento no hay comunidad, sólo imposición. Volver a entusiasmar implica recuperar la política como espacio de cuidado, cooperación y proyecto compartido; volver a proponer dignidad, bienestar y vida en común. Porque cuando la política deja de tratar al otro como legítimo, Tánatos siempre encuentra la forma de imponerse.
