Hugo Ortiz: La prima que hay que cuidar, aunque no sea de su familia
![Hugo Ortiz: La prima que hay que cuidar, aunque no sea de su familia](https://elfinanciero-elfinanciero-prod.cdn.arcpublishing.com/resizer/hVybmyofUGstIbPSBw5oueWMfOI=/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/elfinanciero/4Q5IL7R3BJB47AS73DSF64RPQI.jpeg)
Cuando la incertidumbre se convierte en riesgo y el riesgo en recaudación.
Febrero, mes de declaraciones. Al escuchar la frase anterior, muy probablemente se le vinieron a su mente pensamientos relacionados con temas de amor, amistad, etc. Sin embargo, si usted, estimado lector, es empresario o es contador público probablemente relacione al mes de febrero con las múltiples declaraciones informativas que un negocio debe presentar a instituciones como el SAT y el IMSS.
En esta ocasión, abordaremos la declaración anual de la prima de riesgo que se presenta durante el mes de febrero al IMSS. Si usted no está relacionado o familiarizado con el tema, quizás ya esté pensando en abandonar la lectura de la columna. Deme un par de minutos de su tiempo para explicárselo y la próxima vez que vea a su compadre el empresario que no pone mucha atención a la administración, se lo pueda comentar y hacerle ver la trascendencia del tema.
A través de esta declaración, se le informa al IMSS el total de accidentes o situaciones que sufrieron sus empleados a lo largo del año anterior y que el mismo instituto catalogó como riesgo de trabajo. Es una forma en que el IMSS evalúa qué tan segura fue una empresa durante el año. Entre más segura sea, menos accidentes y entre menos accidentes, menos costo para el IMSS.
Para determinar el riesgo se contemplan, entre otras cosas: los días de incapacidad (aquellos días que el IMSS considera que requiere el trabajador para recuperarse de un riesgo de trabajo), las incapacidades permanentes parciales o totales otorgadas (debido a un accidente de trabajo la persona queda limitada en su capacidad para laborar de forma parcial o permanente), así como el número de defunciones. En términos rancheros, es una medición del riesgo que representa un patrón para el IMSS.
Para efectos de medir el riesgo, el universo de actividades que puede realizar una empresa se divide en 5 clases. La clase 1 es la que representa menos riesgo y la clase 5 es la que representa más riesgo. Por ejemplo, la construcción de edificaciones está catalogada como clase 5 y la compraventa de artículos de uso personal, con transporte es clase I.
Identificar correctamente la actividad es relevante, ya que el simple hecho que se incluya o no el transporte como parte del servicio al cliente en muchos casos cambia la clase de riesgo. Retomando el ejemplo anterior, mientras que la compraventa de artículos de uso persona con transporte es clase I, cuando no se incluye transporte es clase II. Por lo que, si desde que se registró como patrón ante el IMSS, su actividad ha cambiado o ha evolucionado, quizás antes solo fabricaba y ahora también comercializa, es importante que revise si esa modificación implica un cambio de clase de riesgo.
Durante la pandemia fue muy común que, con el fin de generar ingresos, las empresas realizaran actividades adicionales a las que desempeñaban o prestaran nuevos servicios; sin embargo, no se detuvieron a analizar las implicaciones que eso pudiera tener en temas como la clasificación de riesgo ante el IMSS.
Cuando se registra un patrón ante el IMSS, se le asigna una prima preestablecida de acuerdo con su actividad. Anualmente se presenta una declaración, la cual considera los días de incapacidad, las incapacidades parciales o permanentes otorgadas y las defunciones.
El objetivo de la declaración es evaluar el riesgo del patrón y determinar si sufrió un incremento o una disminución respecto al año anterior. La prima de riesgo disminuye si no hubo riesgos de trabajo durante el año sobre el cual se presenta la declaración y se incrementa si los hubo. Esta modificación es paulatina, es decir, con independencia de lo que resulte en la declaración, lo máximo que se puede incrementar o disminuir la prima en un año es un uno por ciento. Cabe aclarar que el rango entre el cual puede oscilar la prima de riesgo de trabajo es de 0.50% a 15.00%.
Quizás se esté preguntando, ¿cuál es el efecto monetario de la prima de riesgo de trabajo?, ¿cómo me afecta en el bolsillo? De manera simple le puedo decir que para medir el efecto financiero basta multiplicar el total de salarios que paga un patrón al mes por el porcentaje de prima de grado de riesgo de la empresa y así obtendrá el costo mensual en pesos y centavos. Por lo tanto, entre más grande sea la nómina en una empresa, mayor será el impacto de la modificación de la prima de grado de riesgo.
Esta prima, si bien no es su pariente, trátela como si fuera el miembro de su familia que le cae mejor. Al tenerla contenta y bajo control, su bolsillo se lo agradecerá.
Contacto: huorsa@ortizgarza.com.mx
Historias de impuestos bien contadas