Tabasco no tiene albergues para hacer frente a 'crisis migratoria'
Mientras el Instituto Nacional de Migración (INM) mantiene saturadas sus estaciones de Tenosique y Villahermosa, el gobierno de Tabasco no dispone de albergues destinados a enfrentar la ola de detenciones y aseguramientos que se esperan como producto del plan migratorio del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Activistas señalaron que la falta de espacios adecuados para esas personas seguramente derivará en violaciones a los derechos humanos, pues en los últimos meses el flujo migratorio prácticamente se duplicó en la entidad.
En ese periodo 10 mil migrantes se han alojado temporalmente en el albergue “La 72” ubicado en Tenosique, aunque este es operado por la sociedad civil y no recibe apoyo gubernamental. En contraste, las instalaciones del INM en esa demarcación apenas tienen capacidad para 100 personas.
El gobierno del estado no tiene ningún albergue o refugio disponible, a excepción de “Colibrí”, un espacio para menores no acompañados que soliciten asilo y que se encuentra a cargo del Sistema DIF. Actualmente hay 20 niños y jóvenes en ese inmueble ubicado en la ciudad capital.
Pero ante el incremento de detenciones, el INM solicitó el apoyo de la Diócesis de Tabasco, que le prestó un edificio por un mes para alojar a los migrantes que están a la espera de resolver su situación en el país o ser deportados; en ese lugar hay casi 600 albergados cuando está diseñado para la mitad.
El director de “La 72” Ramón Márquez Vega, consideró que ningún “albergue” operado por autoridades federales o estatales puede ser considerado como tal, pues funcionan como centros de detención e incluso carecen de asistencia médica o legal, ni hay programas de acompañamiento para familias y niños.
“Los albergues son espacios de puertas abiertas donde se da asistencia humanitaria, pero la gente no va a ir voluntariamente a un lugar que opera el gobierno. Ahí almacenan a las personas para deportarlas y lo peor es que no estaban preparados para eso” expresó.
El pasado viernes 80 personas se fugaron del centro de la Iglesia Católica, 70 fueron obligados a volver y 10 consiguieron huir bajo el argumento de que recibían malos tratos y algunas llevaban casi dos semanas esperando que los dejaran volver a sus países de origen.
Márquez Vega detalló que ha sido “brutal” el incremento en el flujo migratorio este año, pues en el refugio que dirige han sido atendidas 2 mil personas cada mes en el primer semestre, cuando en 2018 fueron 13 mil 500 en total.
Al respecto, el subsecretario de Asuntos Fronterizos, Migrantes y Derechos Humanos de la Secretaría de Gobierno (Segotab), José Ramiro López Obrador, indicó que se está trabajando con el DIF y con organismos internacionales como la ACNUR para crear dos albergues. Pero ante las nuevas medidas de contención ambos proyectos se quedaron sin fecha para ser ejecutados.
Sin embargo, admitió que “mientras no se tengan programas de desarrollo que eviten que es as personas salgan de sus países, se tendrá que pensar en darles atención en México”.