¿Cuánta vida tiene el superávit comercial?: el pronóstico de dos estudios privados
Un informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) y otro de Ecolatina analizan los efectos que la post pandemia tendrá en las cuentas del comercio exterior argentino. Qué ven.
La Argentina pudo mantener un saldo favorable de la balanza comercial gracias a la fuerte suba en los precios de los commodities, pero el escenario podría cambiar el año próximo y complicar el ingreso de divisas.
Según un estudio del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) sobre el comercio exterior de los primeros ocho meses del año, por cantidades las importaciones crecen a un ritmo mucho mayor que las ventas al exterior.
De mantenerse esta tendencia, el saldo comercial podría verse impactado si no se repiten los niveles récord en los precios de la soja y sus derivados.
Mientras las exportaciones crecieron 35%, las importaciones lo hicieron un 53% entre enero y agosto de este año.
Así, la Argentina mantuvo su saldo de balanza comercial entre este año y el anterior gracias a la suba en los valores de las mercancías que coloca en el exterior.
Pero calculado con los precios del 2020, el saldo comercial hubiese sido sólo la mitad, advirtió el estudio.
Por su parte, un trabajo de la consultora Ecolatina difundido hoy advierte que, además del beneficio que tuvo el sector externo "por unos precios extraordinarios para nuestros productos de exportación", debe sumarse que "las restricciones al turismo cerraron una cuenta históricamente deficitaria del balance de pagos"
"Sin embargo, tanto los valores de los productos agrícolas como el movimiento internacional de pasajeros podrían retornar a valores más "típicos" en 2022. La reversión de los primeros no solo fue la norma en los últimos booms de commodities, sino que también es una previsión acorde a lo que se espera de las finanzas internacionales para los próximos tiempos: así como la política monetaria expansiva de Estados Unidos alimentó el crecimiento de estos precios, su contracción ya anunciada podría revertir al menos parcialmente estas subas. Respecto al turismo, la dilución de la pandemia por el avance de la vacunación en el país y el exterior están abriendo paulatinamente la posibilidad de viajar internacionalmente", sostiene el trabajo de la consultora fundada por Roberto Lavagna.
El trabajo del IARAF, en tanto, señaló que "mientras tres cuartas partes de la variación de las exportaciones fueron aportadas por mayores precios, la tres cuartas partes de la variación de las importaciones fueron explicadas por una mayor cantidad física".
La suba de precios permitió que el saldo comercial de u$s 11.241 millones de los primeros ocho meses del año anterior se redujera a solamente u$s 10.649 millones en el mismo período de este año.
El trabajo del IARAF sostiene que si se discrimina el efecto cantidad y el de precio, de ese crecimiento de los volúmenes la balanza comercial de este año, valuada a precios del anterior, tendría un saldo de apenas u$s 5.043 millones.
Ecolatina recuerda el papel que jugó el Covid en la política monetaria estadounidense y cómo esto hizo mover los precios de los commodities: "Frente a la crisis del Covid-19 muchos países respondieron con grandes paquetes de políticas fiscales y monetarias. Estados Unidos no fue la excepción, ya que incrementó su gasto público y realizó una importante inyección de dólares que elevó la liquidez global. Esto redujo las tasas de interés internacionales, suavizando el efecto de la recesión sobre los ingresos de los hogares y las empresas, pero al mismo tiempo impulsando al alza el precio de muchos productos y opciones financieras".
Sin embargo, "la crisis del Covid fue pasajera y, a medida que el nivel de empleo se recupera en las principales economías del mundo, las políticas tomadas por dicha crisis van encontrando sus límites", advierte la consultora.
"En este sentido, la Reserva Federal estadounidense anunció que pronto moderaría el ritmo de inyección monetaria mensual, acomodando su política a sus objetivos de inflación de largo plazo. A la vez, la mitad de sus miembros espera una suba de tasas en 2022 y prácticamente todos proyectan que el alza llegará antes de 2023, dejando claro que el sesgo de la política, más temprano que tarde, se volverá contractivo".
Este giro de la política monetaria revertiría, al menos parcialmente, las subas de precios generadas, desinflando las cotizaciones de los activos y bienes que había impulsado