Un momento mucho más proempresa de lo que parece
Se asiste a un incipiente consenso pro empresa en toda la dirigencia política. El lobby en el Congreso y en los pasillos del Coloquio de IDEA la próxima semana. Los beneficios que otorgó el Gobierno en medio de reclamos de reforma laboral
En las vísperas del Coloquio de Idea, habitual caja de resonancia del estado de ánimo corporativo con el reclamo de más seguridad jurídica como lugar común, bien vale atajar posibles dramas sobreactuados del tipo "con este gobierno es imposible" o "todas las empresas se están yendo del país" como queja eterna por el clima de negocios.
Los empresarios ya ven un cambio de Gabinete y temen un avance de La Cámpora en el Gobierno
La Argentina es siempre un mar de incertidumbre, la coalición oficialista es una bolsa de gatos y nadie puede parar la licuación infinita del peso mientras se acumulan preguntas sobre qué pasará después del 14 de noviembre. Sin embargo, difícilmente se pueda creer -al mismo tiempo- que están cayendo las siete plagas sobre los intereses del sector privado de la mano de una administración hostil al capital.
Es más, bien podríamos plantear que estamos asistiendo, aunque pase inadvertido, a un incipiente consenso pro empresa en toda la dirigencia política, una vez que se separa la paja del trigo del tachín tachín de algunas figuras de alta exposición. Y, para que suene más loco y contracorriente, con el Gobierno a la cabeza del flamante e ignorado paradigma proinversión.
Las metas de los empresarios en el 57° Coloquio de IDEA: shock de empleo y calidad institucional
Es posible que alguno esté diciendo, pero ¿qué le pasa a este tipo? O ¿en El Cronista se drogan? Banquen y en todo caso insultan al final.
En menos de dos años de gestión, y con la pandemia en el medio, el Poder Ejecutivo no paró de mandar señales a las compañías. Un ejemplo: aprobó la Ley de Economía del Conocimiento.
No estuvo exenta de demora y ruido interno, sello Alberto 100%, es cierto, pero cuando se reglamentó bajó a cero las retenciones a las exportaciones del sector, algo que aún en pleno tembladeral del Frente de Todos se acaba de confirmar que entra en vigencia en enero. O sea, la administración "kuka" le pone retenciones cero a los Mercado Libre de la vida, por ponerlo en términos del dirigente social Juan Grabois. Para anotar.
Marcos Galperin, fundador de Mercado Libre, en el Coloquio de IDEA
Así también, mientras se recortaba el Ingreso Familiar de Emergencia de 10 mil pesos cada dos meses el año pasado, el Gobierno le dio el ok a un nuevo plan de subsidios a la producción en Vaca Muerta. Incluso antes, le había reconocido contante y sonante al grupo Techint una deuda de $ 13 mil millones por un programa de incentivos similar durante la gestión de Mauricio Macri, en uno de los intentos menos disimulados de comprar credibilidad entre las empresas.
En plena debacle posterior a las primarias, el Presidente encabezó pocos actos. Uno, para mandar al Congreso una ley de incentivo a la producción de hidrocarburos y el otro para presentar un plan de seducción impositiva para la agroindustria, con un acto donde hasta hubo enviados de la Mesa de Enlace.
Hubo mucho revuelo por la mención de un candidato a diputado de que con "platita" podía cambiar el humor social para que no calen hondo las fotos de las jodas en Olivos en la cuarentena. Sonaba a subestimación del electorado. Yo mismo se lo repregunté en la radio. Pero ojo, los proyectos que ponen "platita" -por ahora- tienen más destino corporativo que otra cosa.
El Congreso amigo
No hace falta ser un analista político que habla con esdrújulas en el prime time de la TV para, además, entender que esto es apenas la antesala a un Congreso que también pinta para convertirse en un ámbito muy receptivo para las leyes que miran con más atención en los despachos de los ejecutivos top.
¿O no se instaló en la campaña electoral la idea de que "algo hay que hacer" con las indemnizaciones? Será por la irrupción de los libertarios, por problemas reales en el mercado laboral en plena transformación digital, será por los intereses que canaliza Juntos por el Cambio o incluso por los puentes que tiende la CGT que todavía conduce Héctor Daer con la gremial empresaria, pero pocas veces se llegó a las urnas con propuestas de cambios laborales sobre la mesa. O sea, no se votó con un debate sobre expropiaciones o reforma agraria. La semana previa a poner el sobre en la urna se debatía el costo de despedir.
En igual sentido, la campaña se convirtió en el coro Kennedy de los pedidos para derogar la ley de alquileres. Modo propietario ON, desde el Frente de Todos hasta la oposición. Si hace falta alguna regulación para mejorar las asimetrías de un mercado de vivienda que genera desafíos en todo el mundo, te la debo. Acá todos dicen "derogar" y se van a su casa, que a propósito, la mayoría no alquila. ¿Quieren más guiño a la propiedad que la armada antirregulación de estos contratos donde ni siquiera nadie remarca que está bien que se los declare ante la AFIP?
Bueno, y ni qué hablar tras la imagen que se vio ayer, Día Nacional del Lobby en el Congreso de la Nación con el freno al proyecto de ley con media sanción para que los alimentos digan en sus envases si tienen exceso de sodio o azúcar. Mamadera. Y después dicen en los comunicados copypaste de las cámaras empresarias que vamos camino a Venezuela, que el entorno desalienta la inversión o que la reforma judicial bla. Vamos.
Una ley que genera el apoyo de las organizaciones de la salud de todo el mundo, que apoyan desde los diputados del oficialismo hasta el doctor Alberto Cormillot en Radio Mitre del Grupo Clarín, y que se aplica en el Chile que siempre es ejemplo salvo cuando no conviene, va camino a perder estado parlamentario si no se trata antes de fin de año, porque -no está claro por qué- en la oposición prefieren no tratarlo. Ponele que haya que hacerle algún cambio, por el impacto de la integración a los mercados en el Mercosur. Pero cero tratamiento es un poco mucho.
La misma IDEA
Es cierto, un gobierno que pone guiños para todos lados se come los costos de la imprevisión y el amague de revoluciones trasnochadas y después no factura los beneficios -si hubiera- de terminar doblando hacia lo que era más o menos racional en algunos casos o lisa y llanamente favorable a los inversores.
"Dale, nos cobraron impuesto a la riqueza y pusieron prohibición por despidos hasta fin de año, no jodas", podrán pensar al leer esta nota. Lo tomo, pero ¿no hubo una pandemia? "Eh, pero salió la ley de góndolas". Dale, ¿en serio? La Secretaría de Comercio Interior desarmó la lista de Precios Máximos de la emergencia y habilita aumentos en los Precios Cuidados que ya aportan más del 12% de la facturación de las grandes cadenas de supermercados.
"Eh, ¿pero vos viste la presión impositiva?", me va a cruzar alguno la semana que viene en los pasillos de IDEA, en el encuentro empresario que siempre se hace en Mar del Plata y esta vez tendrá lugar en Costa Salguero, siempre y cuando todos tengan dos dosis de vacuna, o al menos un pinchazo y PCR.
La verdad es que el sistema impositivo argentino es regresivo y anti inversión, es cierto. Podrían cobrarse mejores impuestos a los altos patrimonios y menos a las unidades productivas. Hay pymes que dicen que en muchos casos miden cuánto tener en blanco como para poder sacar un crédito y cuánto en negro para que no se les vaya el resto en impuestos.
Pero si no me ponés en la mesa redonda del debate lo que revelan todo el tiempo las filtraciones como las de los Pandora Papers, con un mundo de activos sin declarar en paraísos fiscales, me hacés trampa. Charles Rettig, el capo de la IRS, la AFIP yankee, le está pidiendo al Capitolio más fondos para contratar sabuesos especializados en detectar entramados off shore. Dice que, sin subir impuestos, así podría recaudar 1 millón de millones de dólares más.
Es cierto, viendo los nombres de la política y el empresariado que aparecen en la investigación que resonó esta semana, acá todo se alinea más rápido.