El Bayern, una muesca más para la fábrica de gestas del Santiago Bernabéu

La última temporada que el Real Madrid levantó el trofeo de la Champions League , la 2021-22, un meme, una broma viral, se hizo célebre. Consistía en una fotografía de Pep Guardiola y Jürgen Klopp acompañada de un mensaje: «No les marques primero, es una trampa» . Se refería al conjunto blanco y a su extraordinaria capacidad para dar la vuelta a marcadores adversos en el Santiago Bernabéu . La Champions League, como tantas veces han declarado sus protagonistas, es un torneo de pequeños detalles. Un error, un despiste, un mal día o un gol pueden dar al traste con las aspiraciones de cualquier equipo. Sin embargo, el Real Madrid parece ser ajeno a esta máxima. Es más, en los últimos años ha quedado patente que un gol en contra puede agitar el gen competitivo del club madrileño hasta el punto de convertirlo en invencible. Y de ahí el chiste. «No les marques primero, es una trampa». Este miércoles volvió a pasar. El equipo de Carlo Ancelotti afrontaba la vuelta de las semifinales de la Champions contra el Bayern Múnich con un buen resultado en la mochila tras su visita al Allianz Arena (2-2). Bastaba una victoria por la mínima para doblegar al equipo muniqués y volver a otra final europea, y los de Thomas Tuchel no atravesaban su mejor momento precisamente, después de haber visto cómo la Bundesliga se les escapaba a manos del Leverkusen de Xabi Alonso. Sin embargo fueron los visitantes los primeros en golpear en el Bernabéu. Alphonso Davies, pretendido por el club blanco, anotó el 0-1 en el minuto 68. Lejos de venirse abajo el Madrid y el Bernabéu comenzaron a carburar en ese preciso instante. Antes de que se rompiera el equilibrio en el marcador Vinícius podía haber adelantado a los locales en un par de ocasiones claras, pero fue tras el 0-1 cuando los blancos comenzaron a llegar con más colmillo al área de Neuer, pilar bávaro en el partido. La reacción comenzó en el banquillo nada más encajar el gol, cuando Ancelotti relevó a Kroos y Tchouameni para sacar al césped a Modric y Camavinga. Y apenas un par de minutos después Nacho marcó el empate. No subió al marcador porque el VAR cazó el empujón del central a Kimmich , pero algo había cambiado en la atmósfera del imponente coliseo de la Castellana. Se confirmó casi al final, cuando el resto del mundo ya contemplaba una final alemana en Wembley. Joselu , que había ingresado al terreno de juego en el 79' aprovechó un error de Neuer para empatar, esta vez de verdad, y enloquecer a las gradas. Y ahí llegó el momento que hace diferente al Madrid, cuando la mayoría de clubes se conformarían con la prórroga, los blancos fueron a degüeyo a por un Bayern tocado en su ánimo. Y en el 91, con suspense tras una eterna revisión del VAR, llegó el premio. Doblete del delantero y billete a otra final. Noticias Relacionadas estandar No Real Madrid 2 - Bayern 1 De «noche mágica» y «milagro» a la maldición de Kane y el escándalo de la última jugada Miguel Zarza estandar No Otra tarde de mayo legendaria P. L. Locura en el verde y en el graderío. El Real Madrid lo había vuelto a hacer, como declaró Ancelotti después en sala de prensa . Otra gesta europea como las que asombraron al mundo en 2022 y que probablemente recuperaron a su vez para los blancos una mística ganada en los ochenta y que había quedado aparcada como un recuerdo lejano. Al igual que en la actualidad, entonces un equipo que mezclaba veteranos de mucha clase y carácter y el ímpetu de una nueva camada de jóvenes y talentosos futbolistas, se hizo célebre al dar la vuelta a eliminatorias muy complicadas ante equipos como el Inter de Milán o el Borussia Moenchengladbach . Lo del curso 2021-22 terminó de recuperar ese gen irreductible, inyectar una gran dosis de autoconfianza y de volver a infundir temor en los rivales hasta el punto de hacerles temblar las piernas en los momentos más delicados. La Champions de las remontadas En esta era moderna, uno de los rivales que sufrió de lleno esa mística del Madrid y su estadio fue el París Saint-Germain de Kylian Mbappé , en los octavos de final de la famosa Champions de las remontadas. El Real Madrid cayó en la ida en el Parque de los Príncipes, donde sufrió un auténtico asedio e incluso Courtois tuvo que detener un penalti a Lionel Messi. Al final fue solo un 1-0, pero Mbappé, como en la ida, adelantó a los galos en el Bernabéu. Los de Ancelotti no se dieron por vencidos y con un Karim Benzema descomunal, autor de tres goles, le dio la vuelta al encuentro. En la siguiente ronda subió el nivel de dificultad y el rival fue el Chelsea, defensor del título y verdugo blanco el año anterior . La épica en la vuelta, de nuevo en el Santiago Bernabéu, no parecía necesaria tras el brillante 1-3 logrado en la ida en Stamford Bridge, pero los londinenses sorprendieron en el coliseo merengue con un 0-3. Pero cuando el pase parecía hecho para el cuadro inglés apareció Rodrygo para mandar el duelo a la prórroga. Y ahí apareció Benzema para hacer el 2-3 y amarrar la eliminatoria. Como en los videojuegos, al pasar de ronda la dificultad volvió a subir. El siguiente rival en el cuadro fue el Manchester City de Pep Guardiola, gran favorito al título . De nuevo en el partido de ida en Inglaterra el Madrid dio la cara, con una derrota por la mínima en un partido de muchos goles (4-3). Y en la vuelta la igualdad no se rompió hasta el minuto 85, pero a favor de los 'sky blue'. Mahrez parecía sentenciar a los blancos, pero Rodrygo en el 89' y el 91' igualó la eliminatoria. Para el recuerdo quedará la imagen del Bernabéu rugiendo cuando el cuarto árbitro señaló los seis minutos de descuento, que sirvieron para que el delantero brasileño concluyese su doblete y mandase el partido a la prórroga. Ya en el tiempo de descuento Benzema, de penalti, culminó la remontada. Cristiano y el Wolfsburgo Estas remontadas no fueron las primeras, pero sí quedaron para el recuerdo por su improbable y asombrosa concatenación. Antes de aquel célebre año de las remontadas, el Real Madrid había firmado ya otra hazaña de similar repercusión en su estadio. Fue ante el Wolfsburgo en 2016, después de una fatídica noche de abril en el Volkswagen Arena que acabó con un 2-0 para el conjunto alemán, obra de Ricardo Rodríguez y Maximilian Arnold. El Real Madrid aceptó aquel resultado, fruto de una mala noche en un país que hasta aquel año no se le daba muy bien, pero desde el mismo pitido final se encomendó al poder intimidador del Bernabéu y de su máxima estrella, Cristiano Ronaldo , para la vuelta. Y ambos respondieron a la perfección. El goleador portugués, ajeno como siempre a la presión, igualó la eliminatoria con dos tantos en los minutos 16 y 17 del partido para delirio del coliseo madridista. Y cuando el choque parecía encaminarse a la prórroga, completó su particular 'hat-trick' para sellar el pase de su equipo a las semifinales de un torneo que acabaría ganando. Lisboa, el germen de las remontadas modernas Aunque si un partido pudo suponer el inicio de esta nueva serie de remontadas modernas del Real Madrid, ese fue la final de la Champions League 2014. En Lisboa y frente al Atlético de Madrid el equipo de Carlo Ancelotti conquistó la ansiada 'Décima', pero no sin sufrir durante muchos minutos ante sus vecinos de la capital de España. En un choque muy igualado fue el conjunto rojiblanco el que se adelantó en el marcador en el minuto 36 tras una mala salida de Íker Casillas que aprovechó Diego Godín. Un escenario perfecto para que su entrenador, Diego Pablo Simeone, desplegara sus mejores armas sobre el verde para aniquilar al Madrid, la defensa y el contraataque. Los blancos se hicieron con el dominio de la pelota y acabaron convirtiendo el partido en un asedio a la portería que entonces defendía Thibaut Courtois. Hasta que en el minuto 93 Sergio Ramos aprovechó un gran saque de esquina de Modric para igualar la final cuando algunos rojiblancos ya celebraban la Champions en su banquillo. En la prórroga el Atlético pagó su esfuerzo defensivo mientras que el Madrid estaba exultante por haber sobrevivido a una situación extrema. A los cuatro minutos los de Ancelotti se pusieron por delante tras una buena jugada de Di María que remachó de cabeza Gareth Bale. Y Marcelo y Cristiano Ronaldo de penalti cerraron el encuentro con un llamativo 4-1. Una tragedia para el Atlético, que veía cómo se le volvía a escapar la máxima competición continental, y un punto de inflexión en la historia del Real Madrid , que comenzó el que puede considerarse ya la segunda mejor etapa desde su fundación.