Jonas Vingegaard, rey en la tempestad de O Gran Camiño
Muy cerca de la frontera con Portugal, en el verde monte Aloia perteneciente a Tuy, acaba el calvario. Llueve tantísimo que la dirección de O Gran Camiño decide recortar una de las dos subidas al último puerto de su última etapa. La decisión es lógica: nadie tiene la fortaleza suficiente para arrancarle el maillot amarillo a Jonas Vingegaard , no existe rival para el danés en Galicia (quizá tampoco en el mundo), y un descenso empinado con tal cantidad de agua, macerada incluso con vientos violentos, pondría en peligro la seguridad del pelotón. El campeón danés cabalga tranquilo. La imposible tormenta no parece dañar su rostro nórdico, incapaz de denotar expresión alguna. Por la gris pero igualmente bella provincia de Pontevedra encabezan la carrera un grupo de cinco fugados liderado por el persuasivo Asier Etxeberría (Euskaltel) y Nelson Powless (EF), pero es difícil saber qué distancia tienen sobre el pelotón. No hay señal de televisión en la tempestad, no hay forma de recabar información en lo más alto del monte Aloia donde se refugian los cronistas de la lluvia. Nadie sabe nada; ni la separación que tiene la cabeza de carrera a meta, ni el tiempo que separa la fuga del resto. Sin embargo, pese a la ausencia de datos fiables, no es muy complicado adivinar que el éxito no acompañará a los escapados. Porque la etapa, cómo no, pertenece al insaciable Vingegaard , que, como el año pasado, gana cada prueba puntuable de la carrera gallega. Sólo dejo escapar la contrarreloj de La Coruña en un primer día de competición; una prueba que de nada sirvió para la clasificación general. Tres victorias y un recital Una vez engullida la fuga en la única ascensión del mediodía al monte Aloia, ataca Lenny Martínez a tres kilómetros del fin. Es feroz su golpe, pero nada puede hacer para que el bicampeón del Tour no siga su estela. Agarra el danés la rueda del joven escalador galo, le adelanta con suma facilidad para vencer por tercera vez en este O Gran Camiño y confirmar lo evidente, su bicampeonato en Galicia. Un recital bajo la lluvia. 15 segundos después del líder del Visma culmina el puerto Lenny, que arrebata la licra blanca a C ian Uijtdebroeks (Visma) y finaliza en la segunda posición de la general, a un minuto y 51 segundos de Vingegaard. Cuarto en la etapa tras Carthy (EF), cierra el podio Egan Bernal (Ineos), a escasos diez segundos de la joven estrella francesa del Groupama. Tiemblan de frío los tres protagonistas de la general en el podio tras el final de la etapa que comenzó en Ponteareas, aunque el que peor lo pasa es el propio Vingegaard . Es normal, gana la etapa, la general, la montaña y los puntos y tiene que subir mil veces al más alto escalón del podio. Es paciente el de Hillerslev, atiende a los medios con una sonrisa y e incluso bromea: "Me encanta esta carrera, es una manera maravillosa de empezar la temporada. Depende del tiempo ya decidiré si vuelvo el año que viene". Termina pues O Gran Camiño, donde ocurre lo esperado, se reafirma como una carrera de óptimo futuro y, pese al éxito, deja un regusto amargo. Qué hubiera sido de este bello y ambicioso recorrido por las cuatro provincias gallegas con al menos un poquito de sol.