La absolución de la Infanta abre el debate sobre si debe ser rehabilitada por la Casa Real
La Casa Real comunicó el 3 de junio de 2015, tras la abdicación del Rey Juan Carlos, que la Familia Real quedaría limitada a los nuevos monarcas, Felipe VI y Doña Letizia, sus hijas Leonor y Sofía, y los padres del nuevo Rey, Don Juan Carlos y Doña Sofía. De esta forma, las Infantas Elena y Cristina dejaron de ser miembros de la Familia Real, pasando a ser familiares del Rey Felipe VI, como hasta entonces lo eran las Infantas Pilar y Margarita, hermanas de Don Juan Carlos.
Sin embargo, Cristina de Borbón conserva sus derechos sucesorios, que solo perdería en el caso de que renunciara a ellos de forma voluntaria. Con la llegada al trono de Felipe VI, se la presionó -lo hizo su propio padre, el Rey Juan Carlos- para que renunciara, pero ella se negó en redondo, por temor a que se interpretara como la asunción de una culpabilidad que jamás ha admitido. Y, así, forzó a su hermano a despojarla del título de Duquesa de Palma y a imponer una reorganización de la Familia Real para excluirlas a ella y a su hermana Elena.
Ahora, se plantea la incógnita de una posible rehabilitación, asunto sobre el que hay división de opiniones: hay quien cree que sería la consecuencia lógica y hay quien objeta que no sería aconsejable dado el tremendo daño que el caso Nóos ha causado a la imagen de la monarquía. Algunos medios apuntan ya que podría ir recuperando su papel y que, para eso, dejaría Ginebra y se trasladaría hasta Lisboa.
El presidente de la gestora del PSOE, Javier Fernández, ha declinado pronunciarse directamente sobre el tema y se ha limitado a apuntar que "será la Casa Real la que tendrá que decidir sobre esos asuntos". Javier Fernández, que se ha referido a este asunto en una rueda de prensa en Ferraz, ha dicho que los socialistas son "absolutamente respetuosos con las resoluciones de la justicia" y ha destacado la "plena normalidad institucional" con que se ha llevado a cabo el proceso contra la infanta. No obstante, ha apuntado que "si algún pero habría que poner, sería por los once años que se ha tardado en sentenciar" el caso, ya que "una justicia tan lenta es un poco menos justa".
Más explícito ha sido el coordinador general de IU, Alberto Garzón, para quien "la infanta está marcada y si la Casa Real recupera a la infanta hace un favor a IU y a los republicanos del país". Según el fiscal Horrach, el error fue sentar a la Infanta en el banquillo. En una entrevista en Antena 3 ha dicho que "nunca en un caso similar se han sentado a una persona en el banquillo de los acusados".
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, no ha querido entrar en el fondo del asunto y se ha limitado a valorar la sentencia con la fórmula habitual: "En eso yo, siempre, como usted muy bien ha dicho, respeto las decisiones de los tribunales y las decisiones que toma cada uno y que le compete tomarlas".
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