Si el día de la final de Wembley los jugadores del Borussia Dortmund salen de paisano a estirar las piernas por Hyde Park o Piccadilly Circus, probablemente muchos de sus jugadores no sean ni reconocidos por los futboleros locales. Tipos como
Kobel,
Ryerson,
Schlotterbeck,
Brandt o
Füllkrug, titulares en París, no son estrellas rutilantes pero ya están a un paso de ganar una Champions. Y lo han logrado haciendo un arte del oficio de sufrir. Ya lo hicieron en su estadio en la ida, donde ganaron 1-0 conteniendo el empuje del PSG, al que pillaron en una contra para lograr el gol del triunfo. El equipo francés chutó dos veces al poste aquel día, mientras que anoche fueron cuatro sus remates a los palos.
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