Clave Fiscal: Representación de sociedades acéfalas y condominios

¿Cómo pueden las sociedades acéfalas y los condominios nombrar un apoderado para cumplir con las obligaciones tributarias que aún les son aplicables?

Siguiendo con el tema de la representación y el mandato (poderes) en materia tributaria, se plantea el problema de las sociedades acéfalas. Entendemos como tales, las que no cuentan con un representante legal ni con un apoderado con facultades suficientes como para gestionar ante la Administración Tributaria.

Podemos enmarcar aquí, entre otras, las sociedades disueltas por falta de pago del impuesto a las personas jurídicas o las que tenían representantes o apoderados, pero todos han fallecido.

Aquí también se pueden incluir las sociedades que tienen un plazo social vencido, debiendo recordarse que las primeras y las últimas pueden “revivirse” de conformidad con las reglas de la Ley para la reinscripción de sociedades disueltas.

En estos casos la pregunta es ¿cómo pueden estas sociedades y otro tipo de personas jurídicas acéfalas cumplir con las obligaciones tributarias que aún les son aplicables?

En casos donde la persona jurídica esté acéfala y no pueda nombrar un nuevo representante legal debido a deudas en el impuesto a las personas jurídicas, y requiera ponerse al día en dicho impuesto mediante la presentación de declaraciones de impuesto sobre la renta, deben designar un apoderado especial.

Este apoderado será nombrado por la asamblea de accionistas, que le autoriza para liquidar y presentar las referidas declaraciones. Asimismo, le corresponderá aportar constancia de los accionistas de la sociedad emitida por el Registro de Accionistas.

En el caso de condominios administrados por personas jurídicas únicamente para propósitos tributarios, según la resolución DGT-R-37-2020, la casilla de “Representante Legal” debe declarar a la persona física que tiene la representación legal de la persona jurídica administradora del condominio.

Esto se debe a la configuración de los sistemas utilizados por la Dirección General de Tributación para su gestión cotidiana. Lo indicado no implica que la persona física sea considerada directamente como administradora del condominio ni que se altere el registro en el Registro Nacional.