Católicos veneran imagen de Cristo en medio de prohibiciones de Daniel Ortega
La procesión tuvo lugar a pesar de las prohibiciones impuestas por el mandatario Daniel Ortega, quien desde abril limitó las celebraciones religiosas a los terrenos de la Iglesia.
Managua. Más de mil fieles católicos celebraron este domingo una procesión en honor a la imagen de la Sangre de Cristo en los jardines de la catedral de Managua, ante la prohibición gubernamental de realizar procesiones en las calles.
Los fieles acompañaron una anda adornada con flores blancas en la cual se encontraba el rostro calcinado de la imagen. Esta pieza se desprendió del Cristo de Madera durante un incendio el 31 de julio del 2020.
“En este año por circunstancias particulares el Señor no saldrá a recorrer las calles de su Managua fiel”, afirmó el sacerdote Said Ruíz antes de oficiar una misa que fue presidida por el cardenal Leopoldo Brenes.
Mientras los fieles católicos celebraban la procesión en los jardines de la catedral, acompañados por una banda de músicos, se escuchaban estallidos de petardos en el cielo en señal de celebración. Entre sus exclamaciones se podía escuchar “¡Que viva la Sangre de Cristo!”.
La imagen de la Sangre de Cristo, tallada en madera, se quemó en una capilla dentro de la catedral de Managua en un incidente que la Iglesia calificó como un acto de atentado, mientras que la Policía aseguró que se trató de un incendio involuntario causado por una vela.
La procesión tuvo lugar a pesar de las prohibiciones impuestas por el mandatario Daniel Ortega, quien desde abril limitó las celebraciones religiosas a los terrenos de la Iglesia, impidiendo que los fieles desfilen con sus imágenes por las vías públicas. Según Ortega, esto se hace para evitar “provocaciones”.
Las relaciones entre el régimen y la Iglesia católica se han deteriorado desde el 2018, cuando miles de opositores salieron a las calles de diferentes regiones del país durante al menos tres meses para manifestarse en contra del mandatario. Según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), al menos 300 personas murieron por los disturbios.
En numerosas ocasiones, Ortega calificó a los obispos y sacerdotes de “asesinos” y “golpistas” por el apoyo que, según él, los templos dieron a los manifestantes durante las protestas.
Durante una alocución en cadena nacional en setiembre del 2022, Ortega afirmó: “Los manifestantes salían de las iglesias, no de todas, armados para lanzar ataques contra los cuarteles de policía (...) y algunos curas llamaban a la gente para que me atacaran”.
En esa misma intervención, el mandatario, quien lleva 16 años en el poder, calificó a la Iglesia católica como una “dictadura perfecta”, argumentando que los fieles no eligen al Papa ni a las demás autoridades eclesiásticas.
En la Iglesia católica “todo es impuesto, es una dictadura perfecta, es una tiranía perfecta (...) ¿Quién elije a los curas, quién elige obispos, quién elige al papa, a los cardenales, cuántos votos, quién se los da?”, cuestionó el sandinista.
‘Dictadura grosera’
Por su parte, el papa Francisco catalogó al gobierno de Nicaragua como una “dictadura grosera” en marzo pasado, en medio de la tensión provocada por el encarcelamiento y la sentencia de 26 años de prisión impuesta al obispo Rolando Álvarez.
En ese mismo mes, el Ministerio de Relaciones Exteriores nicaragüense afirmó en un comunicado que se planteó la suspensión de las relaciones diplomáticas con la Santa Sede. Días después, el 17 de marzo, el encargado de negocios del Vaticano en Nicaragua, Marcel Diouf, abandonó el país.
Hace un año, Ortega expulsó del país al nuncio Waldemar Stanislaw Sommertag y a 18 monjas de la orden Misioneras de la Caridad, quienes se refugiaron en Costa Rica. En abril, otras tres religiosas, entre ellas dos costarricenses, también fueron obligadas a abandonar el país.