Elogio del salto
Hay un instante en el que no hay vuelta atrás. Cuando se alcanza determinada velocidad con los pies, cuando a medida que se avanza el torso va asumiendo cierta pendiente, cuando el corredor de segunda ya está a punto de pisar la tercera y abalanzarse al home por la ventaja, cuando la pelota va a picar y no llegas y te faltan dos, tres metros.