Se jugó en Inglaterra, pero se disputó a la italiana. El Inter de Milán coqueteó con la remontada tras un golazo de Lautaro Martínez (m. 62) aunque se quedó corto de minutos para ejecutar su plan al completo, condicionados, eso sí, porque jugaron media hora con uno menos tras la expulsión de Alexis Sánchez. Siempre se jugó a la velocidad que propusieron los italianos pese a que el Liverpool acumuló hasta tres maderas. Pasan los ingleses a cuartos de final con alguna que otra duda aunque con el cartel de candidatos a la Champions intacto.
Pedía el técnico alemán seriedad a los suyos para la vuelta. «El 2-0 es el resultado más remontado en la historia del fútbol», dijo Klopp en la previa, una amenaza que asomó en los primeros minutos de duelo, con el Inter poco amilanado y a gusto con su formación de tres centrales. Se resguardaban los italianos en defensa y le costaba al Liverpool atacar en estático, pues sin prado para correr los ‘reds’ son como un león comiendo guisantes.
Los visitantes conseguían rascar robos y faltas en los balones divididos y amenazaban, aunque no en exceso, a la defensa inglesa gracias a los detalles técnicos de sus dos puntas, Lautaro Martínez y Alexis Sánchez. El Liverpool se daba cabezazos contra la presa construida por Simone Inzhagi desde la pizarra. Un duelo frío, de a ver qué pasa, que se vio interrumpido durante unos minutos debido a una emergencia médica en las gradas de Anfield.
Cambio de revoluciones
Se desmelenó el partido tras el descanso, consciente el Inter de que necesitaba al menos dos goles para forzar la prórroga. Se intuyó también una de las clásicas broncas de Klopp en el vestuario local, pues los suyos salieron con la tibieza como un recuerdo. Salah era una daga y mandó un disparo al palo y los milaneses, gracias al ímpetu de Sánchez, se estiraban cada vez más.
El Inter tiró el DNI y le salió el acento inglés, una jauría de ida y vuelta que acumulaba ocasiones consciente, eso sí, de que su paso adelante le dejaba desprotegido atrás. Fue Lautaro quien le puso el lazo a la valentía de los suyos. Un tremendo disparo del argentino desde la frontal atravesó al escuadra ante la impotente mirada de la defensa del Liverpool. Euforia rebajada porque en la siguiente jugada al gol, Alexis vio la segunda amarilla tras una dura entrada a Fabinho.
El gol y la expulsión trajeron al Inter más conservador, un conjunto con fases, de oruga a mariposa y a oruga de nuevo. Guardaba fuerzas para un último asalto en los minutos finales, muy calculadores los italianos. El Liverpool también se mostraba satisfecho con el ritmo aunque no desechaba la velocidad cuando se le daban unos metros para esprintar. Salah sumó un nuevo palo. Los ingleses muestran siempre pericia de cara al gol e incluso gozaron de ocasiones para aumentar la ventaja en los últimos minutos. Le faltó tiempo al Inter y algo de precisión al Liverpool.
