AL BORDE DE OTRA CAÍDA
La calculadora y el ánimo por el piso. Olimpo perdió 3-2 ante Independiente Rivadavia y su permanencia en la B Nacional depende exclusivamente de una sola combinación de resultados: un triunfo de visitante ante Quilmes y que Santamarina pierda los dos partidos que le quedan disputar.
Esta versión del Aurinegro que es puro nervio y emoción inició la tarde de la mejor manera que podría haberlo pensado. El gol de Salvador Sánchez al minuto, cuando todavía era imposible hablar de merecimientos, fue un premio simplemente a la actitud. Pero el 2-1 de Argüello a los 23, después de que los mendocinos hubieran empatado un rato antes, fue una muestra de carácter y reacción digna de una instancia decisiva como la que estaba en juego en el Carminatti.
Pero este plantel depende demasiado de sus estados de ánimo y con eso no siempre es suficiente. Puede alcanzar para ganarle a Santamarina o Chacarita, rivales de jerarquía similar, pero a la larga los que pelean arriba son aquellos que logran proponer algo con la pelota. Para eso hace falta recursos e Independiente Rivadavia es uno de esos equipos que los tiene.
Al principio le costó porque se sintió incómodo en un desarrollo friccionado y en el que Olimpo había empezado derecho, de tan buen humor como para convertir en dos pelotas paradas. Pero con algunas pocas conexiones entre Imperiale y Palacio, o con los desbordes de Castro, le alcanzó para desnudar los problemas defensivos del bahiense y volver a disputar el marcador: a los 33 minutos, de contragolpe, el mencionado Castro en un solo movimiento anticipó de cabeza a Lazo, Sánchez y Villar, el arquero que eligió el DT en las horas previas al partido.
Si bien fueron más los momentos de desconcierto mendocino y lucidez bahiense, el visitante mostró mejores herramientas futbolísticas. El camino de la Lepra hacia el triunfo era más claro. Mientras Olimpo tenía con qué, Independiente tenía con quién. Y los dos cambios del visitante en el entretiempo dieron frutos rápidamente: a los tres minutos Mauricio Asenjo, recién ingresado, convirtió un gol que combinó falencias propias, simbolizadas en el rechazo defectuoso de Llambay; y virtudes ajenas en la astucia de Castro para reavivar un ataque que parecía insignificante.
El 2-3 y la falta de ideas dinamitaron a Olimpo en su ánimo, prácticamente la única herramienta que lo sostuvo en pie desde Santiago del Estero hasta hoy. Graciani es una fija para los segundos tiempos y entró, pero esta vez Broggi no contó con Vidal y la ruptura del 4-4-2 original fue caótica: Áxel Rodríguez reemplazó a Coacci pero nunca se pudo observar cuál fue la intención de esa modificación. El desorden y la desesperación fue más fuerte.
Argüello condujo ofensivas, De Iriondo sacó laterales, Sánchez apareció de delantero central, Vega se volcó hacia la derecha a ver si entre tanto centro alguno podía ser al menos preciso. En ese lío, la derrota se consumó entre centros desde tres cuartos de cancha que como mucho forzaron un puñado de tiros de esquina.
La proyección de puntos necesarios para la permanencia en la categoría era de 30 puntos, pero Olimpo debe rezar para que de milagro sea suficiente con 28. Para eso, además de ganar en Quilmes, debe esperar a que Santamarina pierda mañana ante Gimnasia de Mendoza y la fecha que viene de local contra Villa Dálmine. La caída fue tan rápida que cuesta digerirla, pero es real y concreta: los mejores 23 años de historia futbolística de Olimpo están muy cerca de terminarse.
Tom Wichter
(Fotos: Ayelén Angerami.)
SÍNTESIS
OLIMPO (2): Villar; Lazo, Díaz, Sánchez, Llambay; Lacunza, De Iriondo, Vega, Coacci; Gallegos y Argüello. DT: Marcelo Broggi.
Independiente Rivadavia (3): Aracena; Navas, Colombo, Marín, Dematei; Palacio, Úbeda, Imperiale, Sánchez; Castro y Lucero. DT: Gabriel Gómez.
Goles: PT. 1´Sánchez (O), 10´Castro (I), 23´Argüello (O), 35´Castro (I). ST. 3` Asenjo (I).
Cambios en Olimpo: ST. 19′ Graciani x Llambay y 27′ Rodríguez x Coacci.
Árbitro: Ramiro López.
Estadio: Carminatti.