Ser perfeccionista en el trabajo es un gran defecto
Vivimos en una sociedad que, por algún motivo, ensalza la búsqueda de la perfección. Varios estudios concluyen que eso es altamente contraproducente en el ámbito laboral
La próxima vez que en una entrevista de trabajo le pregunten cuál es su mayor debilidad, piénselo dos veces antes de contestar que es “demasiado perfeccionista”. Se ha extendido la idea errónea de que querer hacerlo todo perfecto es una cualidad deseable. Pero, a pesar de que es uno de los defectos mejor aceptados socialmente, también es uno de los más dañinos en el día a día del trabajo. Un lobo con piel de cordero. Al mirar de cerca, sus escasas ventajas se quedan en nada a la sombra de los inconvenientes que trae de la mano. Es necesario decirlo alto y claro: perfeccionismo no es, ni de lejos, sinónimo de un resultado óptimo.