Cientos de miles aguardan para escuchar la última misa de Francisco en Perú - El Nuevo Diario
Cientos de miles de personas se encuentran hoy, en medio de gran expectativa, bajo un intenso calor y entonando canciones, a la espera de la misa que dará el papa Francisco en la base aérea Las Palmas, de Lima, en la última actividad de su visita oficial y apostólica de tres días a Perú.
Familias enteras, jóvenes voluntarios de parroquias, ancianos, autoridades y personas de toda condición social ingresan a la base aérea, en el distrito de Santiago de Surco, con la ilusión de escuchar la misa celebrada por Francisco que arrancará a las 16.15 hora local (21.15 GMT).
La base aérea Las Palmas tiene una extensión de más de 550.000 metros cuadrados y la organización ha levantado un gran altar con una cúpula que simula el cerro San Cristóbal, que corona el centro histórico de Lima.
Las puertas de la base aérea se abrieron a la medianoche de hoy y a esa hora llegó Rosa Silva, de 82 años, desde el distante distrito de San Miguel para escuchar al pontífice desde una de las primeras filas de los asientos.
A dos horas de la misa, Rosa declaró a Efe estar tranquila y sin haber sufrido ningún inconveniente, a pesar del soleado día de verano del que se protege con un sombrero de ala ancha.
Los bomberos tuvieron que lanzar chorros de agua a la multitud para calmar el calor del mediodía y evitar los colapsos, como el que sufrió una mujer que fue atendida por los médicos, según contaron a Efe los niños exploradores o "boy scouts" destacados en la misa.
Christofer Aguilar, de 11 años, está en Las Palmas desde las cinco de la madrugada ayudando con sus compañeros de la unidad de Magdalena a ubicar a los asistentes en sus lugares o asientos.
Alrededor de 40 niños exploradores de Magdalena visten hoy la pañoleta del Vaticano para unirse a las labores de asistencia en la multitudinaria celebración.
"Hemos visto a una señora que se había desmayado, estaba deshidratada, pero ya se recuperó", explicó el niño sobre los incidentes de la jornada.
La organización convocó a más de un millón de personas para escuchar la misa en Las Palmas y, a poco menos de dos horas, el aforo está casi al tope, aunque aún no hay cifras oficiales de asistencia.
La cifra final será difícil de calcular, pero estará en los centenares de miles de personas.
A pesar de esta multitud, la Policía y los militares destinados para el control de los ingresos han logrado que el acceso se haga sin mayores contratiempos, a pesar de que se tiene que recorrer a pie varias cuadras de distancia para llegar hasta la base.
En los exteriores, los vecinos viven una fiesta aparte, pues han recibido a los asistentes con globos y carteles saludando la visita de Francisco.
La organización de la visita papal dispuso el transporte de los asistentes en autobuses de transporte público, que partieron de seis puntos de la capital, así como el traslado gratuito en tren.
Desde la noche del sábado, miles de voluntarios inscritos para formar parte de la "Guardia del Papa" durmieron en la base para coordinar el ingreso de los asistentes y acompañar en la animación y los cantos que preceden a la multitudinaria misa.
En el lugar hay 13 puestos de atención médica y de emergencias, una veintena de ambulancias, y una decena de unidades de bomberos, que comenzaron a funcionar en la madrugada para atender los incidentes que se pudieran presentar entre los trabajadores de la organización y los primeros asistentes en ingresar a la base.
Las autoridades sanitarias informaron que, hasta antes del inicio de la misa, se ha atendido a unas 500 personas por diversas emergencias de salud, la mayoría por cuadros de cefalea, descompensación, cólicos e incluso una fractura de rodilla.
Según el servicio de meteorología, hacia la hora de la misa, la temperatura promedio en Lima será de 26 grados centígrados y la humedad llegará a 65 %, por lo que también se emitió una alerta de radiación ultravioleta "extremadamente alta".
Con esta ceremonia religiosa, Francisco concluye una visita a Perú que comenzó el 18 de enero y que también le permitió visitar la ciudad amazónica de Puerto Maldonado y la norteña Trujillo.