Esta es la nueva serie que arrasa en Netflix y es calcada a 'El juego del calamar'
Nuevo fenómeno - La trama sigue a Shujiro Saga en una carrera mortal posterior a la caída del orden samurái, con reglas implacables, vigilantes armados y enfrentamientos constantes aglutinados en seis episodios
Un éxito masivo puede redefinir la estrategia de una plataforma global. Netflix logró ese efecto con El juego del calamar, cuya primera temporada concentró audiencias inmensas en decenas de países y generó una referencia inmediata para cualquier ficción de supervivencia posterior. Ese fenómeno fijó un listón narrativo y comercial que condicionó nuevas apuestas del catálogo, además de demostrar que una serie no anglófona podía dominar el consumo mundial durante semanas.
El cierre de aquella historia con una tercera temporada dividida en dos consolidó la percepción de un producto con principio y final claros, y así dejó un hueco para propuestas que exploraran esquemas similares sin repetir el mismo recorrido, con ello abriendo espacio a nuevas producciones de alto riesgo creativo.
Netflix confirmó la renovación de El último samurai en pie para una segunda temporada tras convertirla en uno de los títulos más vistos de su catálogo reciente. La serie adapta el manga homónimo creado por Shogo Imamura, todavía en publicación y con cinco tomos recopilatorios, lo que asegura material suficiente para prolongar la historia en formato de acción real.
El anuncio llegó mediante un mensaje oficial de la compañía en redes sociales y se apoyó en la rápida expansión internacional de la primera entrega, con ello reforzando la apuesta por una producción japonesa que ya había superado las expectativas iniciales.
La historia traslada la competición extrema al Japón del siglo XIX
La ficción se sitúa en el Japón del siglo XIX, poco después de la Restauración Meiji, y sigue a Shujiro Saga, un samurái que había permanecido invicto antes de la abolición de su estamento. Privado de su medio de vida, acepta participar en un juego clandestino de supervivencia conocido como Kodoku, una carrera mortal entre cientos de guerreros con un premio de 100.000 yenes que puede cambiarle la vida.
Las reglas obligan a eliminar rivales para avanzar por una ruta vigilada, mientras una organización armada castiga cualquier intento de abandono o filtración. A lo largo de seis episodios, el recorrido expone alianzas frágiles, traiciones y enfrentamientos continuos, y así construye una narración centrada en la acción y en la progresiva revelación de los responsables del torneo.
La estructura del juego explica la comparación con el fenómeno coreano
La comparación con El juego del calamar surge por la estructura básica de competición a muerte, la presencia de observadores adinerados que apuestan por los participantes y la presión económica que empuja a los personajes a arriesgar la vida. Ambas series presentan juegos con normas opacas y castigos inmediatos, aunque la japonesa desplaza el foco hacia el combate cuerpo a cuerpo y los códigos del cine de artes marciales.
En lugar de un thriller psicológico, la trama adopta convenciones del drama histórico y del relato de guerreros, y por eso prioriza la coreografía de las peleas y la progresión física de los enfrentamientos, aunque mantiene paralelismos temáticos muy evidentes que explican la asociación inicial.
Los datos de audiencia impulsaron la renovación y el reconocimiento exterior
La primera temporada alcanzó el número uno de Netflix en Japón durante cuatro semanas consecutivas y lideró el Top 10 global de series no anglófonas, con presencia en la lista de 88 países. Ese rendimiento justificó su renovación y consolidó a Junichi Okada como rostro principal del proyecto, además de productor y responsable de la coreografía de acción.
La serie también marcó un hito al convertirse en la primera producción íntegramente japonesa nominada en la categoría de mejor serie extranjera en los Critics’ Choice Awards, un dato que amplió su visibilidad internacional y amplió el interés de la plataforma, que no suele dudar en cancelar proyectos, por continuar la historia en una segunda entrega que mantenga ese alcance.