‘Cachitos’ o cómo reírse de la nostalgia
Lo retro puede ser lo más moderno. Los maduros reviven sus mejores años, los jóvenes curiosean en las extravagancias de sus mayores
Cuando queda poco por inventar, la nostalgia puede ser lo más moderno. En un tiempo en que la cartelera está copada por sagas de superhéroes o galácticas y remakes, en el dial abundan las radiofórmulas de música ochentera y noventera, hay toda una industria para los que hicieron la EGB y la moda se rinde otra vez a lo retro, no podía haber mejor plan para el trasnoche casero en Nochevieja que el especial de Cachitos de hierro y cromo en La 2. Y, para explotar la nostalgia, nada como la música: la que oíste de chaval te marca para siempre, y un par de acordes tienen el poder de devolverte recuerdos escondidos. Cachitos juega a eso con habilidad todo el año, sacando petróleo del descomunal archivo de TVE. Pero cada Nochevieja dan una vuelta de tuerca que se ha demostrado un filón: los fragmentos de canciones de más de medio siglo se presentan con rótulos hilarantes, resultado del ingenio de Pablo González Batista y Antonio Vicente.