Osasuna regaló una nueva victoria a la afición de El Sadar en su ya
exitosa temporada, esta vez ante la UD Las Palmas, equipo ante el que fue superior y al que venció en un partido de altibajos, celebrando con este triunfo su reciente ascenso a La Liga Santander para la próxima campaña.
Osasuna y Las Palmas protagonizaron un inicio tímido, aunque el cuadro navarro se animó pronto gracias a una clara ocasión de Kike Barja, en la que el canterano no acertó a definir con precisión ante la salida del meta Josep Martínez.
Los locales no se amilanaron pese al error y trataron de llevar la iniciativa del duelo, mientras que los canarios no conseguían replicar con fluidez en el juego. Fruto de su insistencia, Osasuna pudo marcar el primero en el minuto 25, pero la potente volea de David García desde el pico izquierdo del área la desvió a córner el arquero visitante.
Tras un breve arreón de la Unión Deportiva Las Palmas, que había recobrado sensaciones y dominaba la posesión, el equipo navarro halló el premio del gol en una jugada que fabricaron entre Barja y Villar y finalizó este último mandando el esférico a las mallas.
Aún pudo aumentar su renta el conjunto pamplonés al filo del descanso, en una jugada de estrategia que terminó con una peinada de cabeza de David García rozando la escuadra izquierda de la meta canaria.
La aparente debilidad del equipo dirigido por Pepe Mel se esfumó tras el paso por vestuarios, ya que los amarillos salieron con más mordiente y rozaron el empate en tres oportunidades consecutivas en las que la falta de puntería y una gran intervención de Rubén evitaron la diana.
Osasuna, tras esos minutos de incertidumbre, retomó el pulso al encuentro en busca de agrandar aún más la brecha del resultado. Juan Villar, brillantemente asistido por Clerc, pudo haber logrado un doblete de no ser por la rápida intervención de Josep Martínez en un mano a mano.
Pese a alguna internada de los visitantes que la zaga rojilla solventó no sin algún apuro, la acción que cerraría el partido definitivamente la hilaron Rubén García, Nacho Vidal y Xisco, el encargado de empujar a placer un pase de la muerte del carrilero valenciano a cinco minutos del pitido final.