Real Madrid-Melilla: Isco y Asensio aprovechan la Copa
Estos partidos ante un rival inferior y con la eliminatoria resuelta no tienen importancia para la mayoría, pero pueden ser muy importantes para los que les toca jugarlos. Si te dejas llevar pensando que es un día de trámite puedes quedar marcado para lo que viene, mientras que si aprovechas los minutos seguramente tus oportunidades futuras se multipliquen. Asensio optó por la segunda opción y se bebió una buena dosis de confianza en la vuelta de Copa del Rey ante el Melilla. En diez minutos, el centrocampista puso patas arriba el encuentro y de paso mostró una recuperación que va a ser muy bienvenida por parte del entrenador. El mallorquín lleva unos meses muy pálido, sin alegría, sin valentía para atreverse y convertido en un elemento intrascendente. Impensable en un futbolista muy joven llamado a ser una estrella en el Real Madrid. Ya ha pasado por el banquillo por culpa del bajo rendimiento y frente al Melilla no tuvo descanso, sino que formó parte del grupo de chicos que tenían la opción de exhibirse en un partido de entreguerras.
No desaprovechó la oportunidad Asensio, que marcó dos buenos goles y dio la asistencia del tercero en la recta final hacia el descanso. Primero anotó con un buen disparo tras jugada personal, para después recibir un pase de Vinicius y fusilar a Pedro Luis. El tercer tanto fue de Javi Sánchez tras meter la punta de la bota y desviar una parábola magnífica de, cómo no, Marco Asensio. Sólo el intermedio detuvo el recital del mallorquín, que fue el primero en encontrar la puntería.
Toda la que le faltó a Vinicius, que tiene la facultad de hacer que el madridismo no pestañee cuando coge la pelota. Empezó por la izquierda y también hizo una excursión a la derecha. Desde su costado bueno nació el segundo tanto. Se paró en seco para arrancar de nuevo y dejar sentado a su defensor. Dentro del área levantó la cabeza y la puso donde había espacio y un compañero libres. Fue su mejor acción porque un par de remates se le fueron fuera por poco y otro se encontró con la manopla del guardameta. No dejó de intentarlo el brasileño y a un cuarto de hora del final, antes de irse sustituido, encontró el gol que tanto había buscado.
Llorente, por su parte, estuvo cerca de descansar este jueves, ya que ha pasado en diez días de suplente habitual a titular indiscutible. Lo cierto es que al heredero de Paco y Julio, su padre y su tío, le sale todo bien. Parece otro futbolista, imperial con y sin balón, poderoso en lo físico y con las ideas clarísimas. Su juego es un trapo que le quita la suciedad a cualquier cristal y por el que el Real Madrid ve de forma nítida. No era el Melilla un rival de peso, pero igual que ante la Roma y el Valencia, estuvo de diez. La segunda parte la vio ya descansando, para dejarle el hueco a Ceballos, otro que necesita kilómetros para tomar carrerilla.
Isco se puso el brazalete de capitán para un partido de esos que él veía desde la grada. Le toca recuperar las casillas perdidas en cuanto a importancia y le puso intención y calidad. Una vaselina genial estuvo cerca de ser el cuarto tanto que llegó justo tras el descanso en forma de golazo por toda la escuadra con un disparo desde fuera del área. El público del Bernabéu se arrancó a corear su nombre mientras Solari aplaudía la acción. Parece que todos quieren que el malagueño vuelva a ser importante. Anotó también el sexto, que redondeaba su doblete, como el de Asensio, dos que aprovecharon muy bien la Copa del Rey.
Otro que cada vez se encuentra más cómodo es Fede Valverde, que brilló con Llorente al lado y se soltó incluso más cuando estuvo solo en el mediocentro. La cara contraria es la de Mariano, seco en cuanto al gol y que además se tuvo que ir antes de tiempo por una lesión en la pierna derecha.