Decenas de pueblos de Castilla y León ofrecen casa y trabajo para frenar la despoblación
La lucha contra la despoblación agudiza el ingenio. Los pueblos más pequeños de la Comunidad se afanan por aumentar su censo y poder mantener abiertas sus escuelas ya que «son una garantía de futuro».
Así, en León, las propuestas son muy variadas. El municipio de Arganza ofreció viviendas sociales gratuitas para familias con hijos. Recibieron más de 600 candidaturas y el objetivo de mantener viva la escuela rural se cumplió ya que de cuatro alumnos pasó a diez y la población creció un 20 por ciento.
En la también leonesa Alija del Infantado se ofertaron casas gatis y 300 euros para matrimonios con descendencia. A la llamada acudieron cinco familias que ahora viven en la localidad.
Asimismo, en Sancedo se puso a punto una vivienda para una pareja con cinco pequeños en edad escolar que dieron estabilidad a la escuela.
En Zamora, el municipio de San Vitero ofreció trabajo, casa y una huerta a la familia con niños de Educación Infantil y Primaria que se empadronase con el tiempo suficiente para evitar el cierre temporal del colegio rural que funcionó durante más de un siglo. Consiguieron su objetivo y el pueblo ve como la vida vuelve a sus calles con los alumnos de su centro escolar y dos bebés recién nacidos.
La localidad palentina de Tabanera del Cerrato, aquejada por los males modernos: la despoblación y el envejecimiento, ha conseguido no solo no perder población, sino incrementarla y rejuvenecer.
Numerosas parejas jóvenes se asentaron en el pueblo debido a las políticas impulsadas por su Consistorio y la Universidad Rural del Cerrato que impulsan el emprendimiento de la mujer y proponen actividades de ocio.
Por su parte, San Pelayo, a 30 kilómetros de Valladolid, trabaja para poder sacar a concurso seis terrenos edificables que permitan asentar población. El más caro, de 256 metros cuadrados, tendrá un precio de 3.234 euros.
El nombre de Cilleruelo de Abajo (Burgos), saltó a los medios de comunicación cuando el pueblo se movilizó para que su escuela no cerrara a mitad de curso, cuando dos niños dejaron el centro. Para mantenerlo se ofrecen en la actualidad ayudas a la natalidad o el emprendimiento.
La localidad soriana de Yanguas también salió en televisión. Ofrecían una residencia y trabajo. A la llamada acudió una familia con siete hijos que permitió reabrir las puertas de la escuela rural, que ahora cuenta con dos profesores.
La respuesta a todas estas innovadoras ofertas superó las expectativas, lo que sorprendió a regidores y alegró a los mayores, que ya veían languidecer las poblaciones que les vieron crecer, ahora renovadas.