La literatura: esa cosa íntima
Hablar de Literatura es como hablar de un buen vino. Pretender llevar la estadística de cuántos libros (literarios)por año han leído los mexicanos (o cualquier otra nacionalidad), es como llevar la estadística de cuántos días se ha degustado una copa de un buen vino, o cuántos conciertos de música clásica han sido escuchados. La lectura es un acto íntimo, propio de la privacidad, fuera de toda estadística, como lo es cuántas veces has llorado a solas.
Quizá todo ese esfuerzo del aparato educativo oficial por promover la lectura debiera conceptualizarse mejor. Leer es una habilidad emparejada a la de escribir, y ambas habilidades tienen que ver con la capacidad de comunicación para el aprendizaje.
Educar es transmitir la cultura imperante y para ello ha sido utilizada la Literatura con el uso de cuentos para infantes (lo que no indica que sean infantiles). Lo literario se refiere a una actividad creativa en el ámbito de las Bellas Artes. Lo literario tiene que ver con la fantasía, con el universo del lenguaje, con lo indecible, lo invisible, lo infinito, lo increíble, la escucha de voces y silencios profundos, la exploración del alma, el ser humano y sus intenciones y extensiones.
Es así que el acercamiento a lo literario en el sistema escolar me parece desenfocado. Hace patente una falta de materiales para el mero desarrollo de la habilidad de leer, los cuales están siendo suplidos por Literatura, que se está utilizando como una prótesis improvisada, prestada del mundo de las Artes, por lo tanto mal conectada al cerebro. La consecuencia es que nise llega a apreciar la Literatura, nise llega a desarrollar la famosa comprensión de la lectura.
El punto crítico es que las Artes no suplen el desarrollo de habilidades, son, en sí mismas, el sustrato de la elevación del espíritu. Palabra tabú (espíritu) en el sistema educativo oficial. Que se tendrá que aceptar, como se ha aceptado hablar del cuerpo humano ante los embarazos infantiles y enfermedades de transmisión sexual, y ahora la obesidad.
Abordemos el Arte como Arte, la Ética como Ética, la Salud como Salud, las habilidades de aprendizaje y comunicación como eso… y la Literatura, como gozo estético, libre, íntimo. Actividad propia del espíritu.