V SN SUB-23 | Nivel de competencias individuales: Algunos brazos ponchadores (al inicio) para ver…
Por: Yirsandy Rodríguez, | Senior Writer en BaseballdeCuba yirsandybdc2018@gmail.com
A DECIR VERDAD, es demasiado temprano para perseguir un posible campeón de efectividad, ganados, strikeouts, FIP o bdcpWAR —en caso que esos sean sus premios favoritos— en el pitcheo. Al mismo tiempo, entendemos que, la calidad de casi todas sus estadísticas, no dependen totalmente del lanzador. Sin embargo, hay algunas categorías predecibles, y en esa perspectiva, aquí viene la entrega de las clasificaciones del desafío para los lanzadores.
Tenga en cuenta que, en esta edición, las métricas más utilizadas para el debate son todas aquellas como las tasas, que dependan del desempeño y responsabilidad del lanzador: Strikeouts, bases por bolas y jonrones permitidos, rodados, unidades de líneas e impactos de fly. La diferencia en cuanto a las demás, es que otros jugadores podrían interferir de manera positiva o negativa, acorde con la situación de juego en que se originen los matchups.
Categorización del desafío: La mejor manera de filtrar entre algunos ponchadores inesperados.
Power vs realidad: Esto parece insólito, en un campeonato de tantas bases por bolas, ¡pero tenemos a cuatro lanzadores calificados con una tasa de strikeout superior a los 10.0! Conozca sus nombres:
Tasa Strikeouts por cada nueve innings en 2018
- 12.00, Dariel Fernández, Pinar del Río
- 11.57, Dayron Durán, La Habana
- 10.80, Yainiel Zayas, Isla de la Juventud
- 10.80, Carlos Vera, Las Tunas
LO MÁS EXTRAÑO AQUÍ, es que Durán fue quien más se acercó al 10.00 SO9 en una temporada entre todos los lanzadores de la lista, sobrepasando fácilmente la mitad de esa tasa actual en sus primeros 14 innings de 2018. El capitalino registró 7.03 en 2017, tras llevarse por la vía del strikeout a 25 bateadores en 32 innings. Luego, le sigue el zurdo isleño Yainiel Zayas, con su 6.23 en 2017 y, para cerrar la lista, aparece Fernández, colector de apenas un 2.64 en su debut el pasado año. En el caso del tunero Carlos Vera, habría que considerar más muestras, ya que él acaba de debutar, aunque podríamos estar en presencia de un ponchador legítimo en la liga. Como lo indica la probabilidad, puede que sí, y puede que no…
LA REALIDAD LO SUPERA TODO, incluso algunos números y proyecciones que parecen sensacionales a inicios de campeonato. La tasa de ponches deberá estabilizarse después de los 30.0 innings o 150 bateadores enfrentados, al menos en esta liga. Por lo tanto, solo los pitchers hábiles y con verdadera raza para establecer el arte del “strikeout”, podrán mantener una aceptable tasa a medida que su acumulado de entradas aumente.
TAL Y COMO LO INDICA LA LÓGICA, Fernández se ha ido demasiado por encima de su rango estándar durante el debut en 2018. Es posible que haya incorporado algún pitcheo rompiente, y con él le esté haciendo más daño a la oposición, pues su velocidad no subía de las 86 mph en la 57 Serie Nacional. Esta fue gran parte de la manera en que alcanzó subir su tasa de strikeouts a un nivel superior, casi 10 veces mejor que en 2017: Dominó fácilmente a La Habana, en un largo relevo de casi 21 outs:
Esto es bastante extraño, ¿no?... Dariel Fernández fue el 3rd relevista de Pinar del Río este lunes en el éxito 6-2 vs La Habana, y terminó lanzando los últimos 20 outs o 6.2 IP. Lo extraño ahí no fue eso, tome el dato: ¡Ponchó a nueve hombres en un 3-for-24! ¡Genial, eh!
— Yirsandy Rodríguez (@Yirsandy) April 10, 2018
ASUMIENDO QUE FERNÁNDEZ le lanzó a La Habana, el conjunto con la 6th mayor tasa de ponches (20.1%) en el torneo, vamos a mantener la vista sobre sus siguientes actuaciones.
En el caso de Zayas y Durán, también habría que estar al tanto: Ambos aumentaron sus tasas contra Artemisa y Pinar del Río, quienes se combinan para un 20.8 K%.
¿Quién establecerá lo más cercano al poder legítimo?: Me quedo con Dayron Durán. Tiene más experiencia y sabrá ajustarse en el montículo a medida que aumente las entradas lanzadas. Su velocidad supera sin contratiempos a la liga (puede llegar hasta 90-92 mph en su bola rápida) y el slider que ha perfeccionado —si el comando en su fastball lo acompaña— aún es efectivo para hacer abanicar a la oposición.
El jugador que podría aparecer: Bryan Chí, pitcher de La Habana. El talentoso lanzador de 19 años viene de probar una tasa de 10.3 SO9 en el Nacional Sub-18 de 2017, y ha ponchado a 12 bateadores en 13 innings desde su debut en la categoría Sub-23. Su bola rápida puede llegar a las 94 mph, pero me gustaría ver más su curveball y la manera en que podría ofrecerle más (desarrollo) confianza al cambio de velocidad. Si lo consigue, no cabe duda que, al menos a este nivel, será uno de los pitchers más difíciles de conectar en el país.
Background histórico: No creo que hayas olvidado todas las trazas de ponches que dejó en el camino el diestro Yosver Zulueta con Villa Clara.
Él encabezaba casi todos los titulares cada cinco días: Sus 74 strikeouts en 49 innings fue una cifra récord en 2017, algo que parece inalcanzable de solo mencionarla. Bola rápida y curva eran sus dos armas letales. A eso le podemos agregar, que lanzó para una tasa de 13.5 K’s cada nueve innings, lo que ayudó a su exagerada tasa de 9.4 K/BB.
Detrás de Zulueta, aparecen tres zurdos más: Darien Núñez (Las Tunas), con 10.9 SO9, el camagüeyano Dariel Góngora (promedió 10.4 en dos campañas por encima) y el as de Santiago de Cuba, Ulfrido García (9.3), quien dejó el menor porcentaje de bases por bolas (7.0%). Todos ellos calificaron con al menos 36 innings y, reduciendo la lista hasta 24 IP, entonces habría que agregar al artemiseño Navid Luis Cosme, con 12.2 SO9 en 31.2 IP durante 2014.
Aunque de aquí a 16 juegos más este desafío no se mantenga y varios contendientes vuelvan a su capacidad estándar, la posibilidad de ver este año algunos lanzadores ponchando entre tanto descontrol, por un instante parece una luz de esperanza al fondo del túnel.
Conforme a la proyección que se está generando, el récord en bases por bolas (la tasa actual es de 5.6 por juego, la más alta desde 2014) podría romperse, a no ser que aparezcan otros chicos y la mayoría de ellos comiencen a experimentar una posible temporada de breakout.
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