El senador Miguel Ángel de la Rosa lo recordaba a pie de mástil unos minutos antes de comenzar el acto de gala para conmemorar este sábado, en la plaza del Ayuntamiento de Toledo, el bicentenario oficial de la Policía Nacional . Julio Cárdenas, el encargado de izar la enseña nacional estuvo a punto de morir a manos de un atracador la tarde del 1 de mayo de 2006, lunes y festivo. Ese día, el de la romería a la Virgen del Valle en la capital de Castilla-La Mancha, este agente volvió a nacer en un edificio del barrio de Santa Teresa. Durante un cruento forcejeo en un portal, el delincuente le arrebató su arma reglamentaria e intentó dispararle dos veces, pero milagrosamente no consiguió su propósito criminal porque la pistola no estaba montada : a Julio le salvó que no hubiese una bala en la recámara y que el seguro estuviese puesto. Cárdenas, un tipo de complexión muy fuerte pero no alto, logró reducirlo después de una violenta pelea con el ladrón, un colombiano llamado Jesús, quien se levantaba como un resorte, igual que un tentetieso, cada vez que Julio lo tiraba al suelo de un puñetazo. Quienes estuvimos en la calle aquella tarde, esperando impacientes la resolución del atraco a dos joyerías, recordamos la imagen de Cárdenas saliendo del portal. Iba con la camisa blanca del uniforme ensangrentada y rasgada, aunque con la corbata milagrosamente anudada al cuello, su pistola enfundada y un 'walkie-talkie' en su mano izquierda. Otro atracador, también colombiano y de nombre Jesús Alirio, logró escapar con un botín después de saltar por encima de Julio y Jorge. Sin embargo, fue detenido después junto con su pareja, Lina Marcelina, cuando intentaron vender las joyas robadas en negocios de compraventa de oro en Madrid. Julio Cárdenas, tras su intervención el 1 de mayo de 2006 Ana pérez herrera Cárdenas se jugó la vida para frustrar el atraco junto con otro policía, Jorge, y por esa intervención los dos recibieron sendas condecoraciones, aunque sólo con distintivo blanco (la medalla roja conlleva un suplemento salarial). Pero a Julio le llegó algo más tarde por un «error administrativo» y después de una sonora protesta por tamaño olvido en la que se quejó hasta su madre, literal. Pero Cárdenas no buscó culpables. Profesional, valiente, servicial y compañero, como lo han definido en su comisaría, se forjó en Madrid y Barcelona, las 'universidades' en España para aprender realmente a ser policías . Luego en el año 2000 comenzó a patrullar las calles de Toledo, su ciudad natal, donde este laureado agente de la Brigada Provincial de Seguridad Ciudadana sigue trabajando con fuerza, siempre en el turno de noche, aunque está a un tiro de piedra de las 60 primaveras. Hijo orgulloso de policía, al que llevaba su comida al trabajo en una fiambrera, sirve al ciudadano desde hace 36 años con las mismas ganas del primer día. Su bautizo fue precisamente en un atraco con arma de fuego y tiros en una farmacia de Almería cuando estaba agente en prácticas. Entre las últimas intervenciones, hace unos días en una reyerta cerca de una discoteca del casco histórico, tuvo que emplearse a fondo, como otras muchas veces, para reducir y detener a dos jóvenes delincuentes. Momentos de un homenaje Funcionarios forman en la plaza del Ayuntamiento, donde el jefe superior de Policía y la delegada del Gobierno en la región se dirigieron al público. El agente Julio Cárdenas iza la enseña nacional H. FRAILE Julio es uno de los 74.000 policías nacionales -12.600, mujeres- con los que cuenta la Policía Nacional en números redondos. Y este sábado fue el encargado de elevar la bandera de España a lo más alto del mástil en el acto celebrado en la plaza del Ayuntamiento, con la presencia de varios centenares de personas, para conmemorar el bicentenario de la Policía Nacional, que se denomina así desde 2015. Oficialmente, el origen de este cuerpo data del 13 de enero de 1824, cuando una real cédula creó la Policía General del Reino, «antecedente histórico de la actual Policía Nacional» y «primer cuerpo policial con dimensión nacional con la función de garantizar el bien y la seguridad pública». Cuando Julio se jugó la vida aquella tarde festiva y primaveral de 2006, la delegada del Gobierno en Castilla-La Mancha, Milagros Tolón, era concejal de la corporación municipal. Ella se dirigió al público este mediodía frío y gris después de que Cárdenas enarbolara la enseña nacional, un acto conmemorativo que también se realizó en todas las capitales de provincia de la región y en Talavera de la Reina. En una mañana fría Homenaje a los caídos, salvas de un grupo de policías y el jefe superior, durante su discurso H. FRAILE «Este acto debe ser un reconocimiento a las familias» de los funcionarios porque han compartido con ellos las alegrías y los momentos «duros y difíciles», reclamó Tolón desde Toledo, ciudad patrimonio de la humanidad donde este fin de semana se iluminarán monumentos, como sucederá en Cuenca. Con el izado de la bandera nacional, dijo la delegada del Gobierno, se simboliza «el irrompible vínculo histórico del Cuerpo Nacional de Policía con el Estado, con la unidad de España y con el bienestar de sus gentes». Habló también de que el instituto armado se encuentra en la «vanguardia mundial» de la lucha contra la delincuencia y recordó que se van a cumplir 45 años de la incorporación de la mujer al cuerpo de seguridad, donde las pioneras «tuvieron que superar muchas dificultades y trabas». Además de pedir más medios para la Policía Nacional, Tolón subrayó que el Gobierno de España ha mantenido, en los últimos años, el «esfuerzo inversor» para que este instituto armado disponga de los recursos más modernos contra la delincuencia y la protección de la ciudadanía. Antes que ella, el jefe superior de Policía en Castilla-La Mancha enumeró la evolución de este cuerpo de seguridad y lo que ello ha supuesto. «Ha costado mucho; centenares de policías nacionales han perdido la vida mientras desarrollaban sus cometidos», afirmó Javier Pérez Castillo, quien se acordó de los 188 funcionarios asesinados por el terrorismo, «por defender los derechos y libertades en España». Aseguró que la Policía Nacional ha trabajado «incansablemente por y para» los ciudadanos, «con entrega y eficacia, hasta convertirse por méritos propios en una institución sólida, útil y fiable». «Ha ganado su capital más valioso: la legitimidad social. Porque la sociedad valora el trabajo que llevamos a cabo para proteger uno de los grandes patrimonios de Castilla-La Mancha y del resto de España: la seguridad pública», añadió el mando policial, a pesar de que las tensiones geopolíticas y de que la actividad delincuencial «no deja de reinventarse» en un mundo globalizado. H. FRAILE «El trabajo de cada policía vale tanto como el de su compañero» , alentó Pérez Castillo, «porque todos tenemos que remar en la misma dirección». Habló de un «gran equipo» que ahora mismo cuenta con el mayor número de policías de toda la historia del cuerpo, «con las mejores condiciones laborales y retributivas que nunca», «bien formada», mejores infraestructuras y equipamiento. Con todo, «para seguir protegiendo nuestras fronteras, seguir haciendo frente a la amenaza del terrorismo, a los procesos de radicalización, a la lucha del crimen organizado, la cibercriminalidad, la violencia hacia las mujeres, el abuso a los menores, los delitos de odio» o «la trata de seres humanos». «La bandera que hemos izado es la bandera de una gran nación, símbolo de la soberanía nacional y de los valores superiores, expresados en la Constitución. Es la bandera que portamos con orgullo en nuestro uniforme (...), la bandera que nos une y aglutina un sentimiento común de amor a España. Sintamos el orgullo de ser policías nacionales », abrochó el jefe superior su discurso de diez minutos. Después de depositar una corona en recuerdo de los caídos, llevada por dos agentes de Seguridad Ciudadana, el acto de gala lo cerraron la banda de la Academia de Infantería y el tenor Tomás Puche cantando el himno de la Policía Nacional, que durante este año celebra la efeméride bajo el lema 'Comprometidos contigo'. El instituto armado sostiene que sus dos siglos de historia se han forjado en unos principios y valores «muy sólidos», nacidos «del esfuerzo, sacrificio e incluso del heroísmo de sus integrantes» . Julio Cárdenas representa todos esos principios porque es un agente de raza y quizá de leyenda cuando se jubile. Hasta que llegue ese día, él no bajará el listón, como tampoco sus miles de compañeros. Seguro.
